La organización ecologista internacional
Greenpeace presentó a finales de mayo en Río de Janeiro.Esta campaña reivindicará la protección de la selva amazónica en todo el mundo, subrayando que el problema de la Amazonía es global. De hecho, la destrucción de la selva provocaría cambios climáticos en todo el mundo y la pérdida de gran parte de la producción de oxígeno. Hasta 1970 el 99% de la selva estaba intacta, pero en 29 años la explotación ha crecido por completo, y hoy en día lo que queda sin destruir es del 60%. La superficie que ocuparía Holanda, Bélgica y Luxemburgo en los últimos cuatro años ha sido destruida para la obtención de madera tropical, debido principalmente a las grandes empresas estadounidenses y europeas.
Según Thilo Bode, director de Greenpeace, debemos tratar de proteger ese 60% restante, y para ello Greenpeace ha propuesto áreas comerciales alternativas como el ecoturismo, la explotación de la goma, los frutos de la selva y las plantas medicinales. De esta forma se podría conseguir la vida de 20 millones de personas que viven en la Amazonía sin destruir el ecosistema, según Greenpeace.