Fallece Gonzalo Martín Guzmán

Gonzalo Martín Guzmán nació en Madrid en 1924. Cursó el bachillerato en el Instituto Cisneros y cursó los estudios de química en la rama de Orgánica en la Universidad de Madrid.

Cuando un compañero y compañero de clase me dijo que el “decano viejo” murió de vacaciones, un sentimiento involuntario me agobió el corazón. El ataque al corazón se ha producido de forma imprevisible, tan imprevisible como las embatas de verano. En aquel momento me vinieron a la memoria de cuando era más joven: En la Facultad de Química de San Sebastián, primero estudié y luego fui profesor.

Sobre esos años tengo en general un recuerdo muy íntimo, aunque también hay momentos difíciles. Al mismo tiempo, me doy cuenta de que mi opinión sobre Gonzalo Martín Guzmán ha sufrido un profundo cambio a lo largo de los años. En aquellos primeros años en los que yo era estudiante, en mi cabeza estaba la imagen del profesor y decano, la imagen del mando, con todas las connotaciones que pueda tener. Luego se impone el de la persona, el de la persona que ha peleado toda su vida, y entonces las comprendes, tal vez porque tú eres más adulto, las actitudes y comportamientos que antes no entendías y si alguna vez te ha parecido inadecuado esa conducta, las perdonas incondicionalmente.

Eso es lo que me ha pasado a mí con Martín Guzmán y ahora tengo claro la importancia que ha tenido este gran profesor en el desarrollo de la ciencia en Euskal Herria. De hecho, en su época de estudiante, la Facultad de Química de San Sebastián ha salido adelante gracias a su tesón de rechazo y denuncia, uno de los centros de investigación más importantes del País Vasco.

Gonzalo Martín Guzmán nació en Madrid en 1924. Cursó el bachillerato en el Instituto Cisneros y cursó los estudios de química en la rama de Orgánica en la Universidad de Madrid. Tras finalizar sus estudios, se incorporó a la sección de plásticos del instituto Juan de la Cierva de Madrid. En 1950 finalizó su tesis sobre siliconas, la primera realizada en el Estado.

Gracias a una beca se desplazó a la universidad de Birmingahm para trabajar en el prestigioso laboratorio que dirigía Sir Harry Melville. Hace dos años mencionaba en la entrevista que le hicimos cuando fue nombrado profesor emérito de la Universidad del País Vasco (Elhuyar). Ciencia y Técnica, diciembre 1989, 18. Pág. ), sorprendió la infraestructura de servicio existente en el laboratorio. Estudió la bifurcación de las macromoléculas.

En 1954 regresa a Madrid a trabajar sobre polímeros a Juan de la Cierva. Su personalidad y modo de trabajo no eran del agrado de los jefes del instituto, por lo que tuvo que trabajar en solitario. En 1962 fue profesor visitante a EEUU, India y Filadelfia. Volvió al instituto en 1964, pero su situación laboral era cada vez más complicada, por lo que se presentó a las oposiciones de catedrático para las Escuelas de Ingenieros (1968) y obtuvo un nuevo puesto en la escuela de Barcelona.

Allí tuvo que enfrentarse al primer gran reto de su vida. “Tenía una idea fija en mente. Los ingenieros no son normalmente investigadores, son profesionales, y mi objetivo era demostrar que los ingenieros también pueden llevar a cabo una importante investigación básica. Durante los años que hice en las escuelas de ingenieros de Terrassa y Barcelona puse muchos ingenieros en el camino de la investigación. Fue entonces cuando empezaron los verdaderos doctores ingenieros realizados por la tesis, y no los doctores obtenidos hasta entonces por prestigios profesionales. No ha sido tarea fácil cambiar la mentalidad de los ingenieros”.

En 1975 abandonó Barcelona para trasladarse a San Sebastián, quizá el trabajo más difícil que ha tenido en su vida, abriendo una facultad de nuevas características en una ciudad sin tradición universitaria, dependiente de una universidad remota (Valladolid). ”En el Estado no había facultades similares. Había que empezar por cero. Cuando vine a San Sebastián, dos de los principales impulsores de la nueva facultad murieron. Todo me resultó muy duro, pero por fin lo conseguimos y viendo el fruto de 14 años después estoy muy contento.”

Fue rector de la Universidad del País Vasco en los primeros años turbulentos de la década de 1980. Cuando llegó la época de la jubilación como simple profesor, para que él pudiera seguir trabajando en su trabajo favorito, fue nombrado profesor emérito. Durante los últimos años ha estado en ello, transmitiendo la sabiduría que tenía en su interior a los jóvenes que se sentaban detrás de las mesillas.

Sirvan estas líneas para agradecer lo que Gonzalo Martín Guzmán ha hecho por Euskal Herria.

Inaki Irazabalbeitia

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Eusko Jaurlaritzako Industria, Merkataritza eta Turismo Saila