¿Hay más duro que el diamante?. La respuesta a la pregunta es una negativa rotunda para cualquier persona que no conozca el anuncio que acaba de realizar el equipo de investigadores de EEUU. De hecho, el jefe del equipo de investigadores Yip-Wah Chung afirmó haber conseguido una sustancia más dura que el diamante, el nitruro de b-carbono.
El origen de la predicción son los estudios iniciados en los años 80. Entonces comenzaron a estudiar la estructura de los cristales que podían ser más resistentes que el diamante. El comportamiento del nitruro de boro demostró que esta investigación podía permitir obtener cristales muy duros. Pero no se logró más duro que el diamante. Sin embargo, las sesiones de laboratorio dieron lugar a una fórmula que posteriormente dio excelentes resultados. En las sesiones realizadas se pudo comprobar que el nitruro de < - carbono es el único cristal que podía superar el grado de dureza del diamante.
La obtención de nitruro de carbono no cristalizado no es nada difícil. En el caso del cristal, sin embargo, las dificultades fueron mayores de lo esperado. Parecía que los átomos de carbono y nitrógeno no querían crear una estructura cristalina. Si finalmente se ha conseguido, se puede decir que ha sido posible gracias al trabajo esforzado de investigadores hábiles.
En el laboratorio se colocó el carbono y el titanio sobre una base sólida. Sobre estos dos elementos se proyectaron moléculas de nitrógeno para que se mezclaran con ambas. El resultado obtenido recogía dos nuevos elementos, el nitruro de carbono y el nitruro de titanio. Ambos son elementos muy duros y ahí está la sorpresa, han podido demostrar que al juntarlos se consigue una sustancia más dura que el diamante.
La predicción ha generado desconfianza entre los químicos. Dicen que el lavado con impureza del cristal obtenido durará mucho y que éste limitará su zona de uso. Sin embargo, si se consigue la producción masiva de material, ofrecerá una gran oportunidad para llevar a cabo las actividades industriales que se han desarrollado en el medio de los diamantes y, por supuesto, para llevar a cabo procesos que el propio diamante no puede llevar a cabo. De momento, lo único que podemos decir es que a lo más duro le ha aparecido un rival a su medida.