A finales de la última glaciación se paralizó el sistema que impulsa la corriente del Golfo. Con el deshielo de los glaciares, el norte del Atlántico recibió abundante agua dulce y el equilibrio de las corrientes marinas cambió. La bomba principal que impulsa la corriente del Golfo se encuentra en esa región y su equilibrio también se rompió.
Como consecuencia, la corriente del Golfo se ralentizó notablemente y el oeste de Europa se enfrió, ya que le llegaba menos calor del océano. El fenómeno duró cientos de años. Aquellos tiempos lejanos son de gran actualidad, ya que a medio plazo se han anunciado hechos similares como consecuencia del cambio climático. Este tipo de investigaciones son de gran utilidad para mejorar los modelos informáticos climáticos utilizados por los investigadores.