Las ratas de laboratorio son capaces de mover la palanca mecánica con sólo pensar.
A las primeras ratas les enseñaron a tocar la palanca y a obtener comida, a la vez que colocaron los electrodos en la cabeza para medir la actividad de las neuronas que controlan el movimiento muscular. El siguiente paso fue conectar el movimiento de la palanca a los electrodos y las ratas aprendieron a accionar la palanca sin utilizar las patas, aprovechando la mera actividad del cerebro, es decir, con sólo pensar. Por supuesto, su aplicación a los seres humanos puede tener un enorme potencial en la comunicación de enfermos como tetrapléjicos, para controlar desde un punto diferentes herramientas... El pasado invierno se conoció un ensayo similar.
El electrodo y un pequeño radiotransmisor fueron incorporados en el cerebro a un tetrapléjico y con sólo pensar, por decirlo de alguna manera con "telepatía", ya que no había cables, estaba aprendiendo cómo mover el cursor del ordenador.