Investigadores del Instituto Japonés de Investigación en Ciencias Pesqueras han estudiado los isótopos radiactivos en peces marinos y de agua dulce, y han concluido que no son peligrosos para el consumo en general.
Han pasado cinco años desde que un tsunami provocó el desastre en la central nuclear de Daiichi. Entonces, el vertido de los isótopos radiactivos superó los niveles de seguridad. Desde entonces, además, se han producido pequeños vertidos esporádicos. Sin embargo, midiendo la concentración de los isótopos cesio-134 y cesio-137, los investigadores han afirmado que los niveles de estos isótopos en los peces han ido disminuyendo constantemente y, en la mayoría de los casos, no suponen un riesgo para la salud humana. Hay excepciones.
De hecho, los investigadores han advertido que los peces y crustáceos de agua dulce siguen estando mucho más contaminados que los de mar, especialmente en la zona de Fukushima. Sin embargo, los japoneses comen normalmente peces criados en piscifactorías y no silvestres. Otra excepción son los peces grandes que viven en el fondo.
Sin embargo, los investigadores han reconocido que habría que hacer más mediciones y más precisas para conocer bien la contaminación real y su evolución. En el futuro se ha aconsejado el uso de detectores con un límite mínimo inferior. Artículo publicado en la revista PNAS.