En un número anterior de la revista Elhuyar hablamos de dudas sobre el fósil llamado Archeopteryx. En ella se mencionaba que a principios de 1985 los astrofísicos sir Fred Hoyle y Chandra Wickramasinghe señalaron que el fósil de este reptil aviar descubierto en 1861 no era más que una estafa muy buena de su descubridor. Según ellos, el doctor Horberlein (descubridor del fósil) lo colocó en el cemento con un pequeño dinosaurio bipedo, dejando luego restos de lumen en el cemento. Así fabricó el fósil del reptil de aves.
Esta afirmación provocó un gran descontento entre los paleontólogos. Para resolver todas las dudas que pudieran surgir sobre este fósil, se vincularon al estudio del fósil existente en Londres. El equipo dirigido por Alan Charig ha realizado una profunda revisión mediante microscopio y fotografías ultravioletas. El resultado final ha sido claro: no hay restos de estafa en el Archeopterix.
Este fósil ha jugado históricamente un papel muy importante en la teoría de la evolución. Gracias a él Huxley, defensor de Darwin, pudo afirmar que las aves procedían de los reptiles.