Si se quiere sacar partido a un archivo de 300 millones de huellas dactilares, es imprescindible el uso de la informática. Se necesita una base de datos informática que se pueda utilizar desde muchos lugares y a distancia. Sin embargo, cuando la base de datos es grande, el tratamiento informático también tarda demasiado, y la solución es comprimir la masa de información. Sin embargo, cuando se comprime, la información esencial no debe modificarse.
Por todo ello, los científicos del FBI llaman al profesor Coifman de la universidad de Yale, especialista en la compresión de imágenes. Gracias al método matemático que aplica, la información de partida de la huella se reduce a una pequeña parte de la imagen sin perder información esencial.
Según el FBI, ha ahorrado 25 millones de dólares en la recogida e informatización de las huellas dactilares. El nuevo sistema se implantará totalmente en 1995 y se necesitará un minuto para identificar telefónicamente a la persona sospechosa (hace 20 minutos).