Monte Perdido descubre que las impurezas pueden acelerar la fusión del glaciar

Galarraga Aiestaran, Ana

Elhuyar Zientzia

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Equipo investigador en el glaciar del Monte Perdido. Ed. Luis Alberto Longares

Un estudio realizado en el glaciar del Monte Perdido pone de manifiesto que las impurezas presentes en el hielo han remodelado la microestructura, alterado la dinámica y acelerado la degradación. El estudio, liderado por el BC3, ha analizado por primera vez en profundidad la interacción de diferentes elementos del hielo en los glaciares. El resultado ha sido publicado en la revista Annals of Glaciology, por entender que ofrece claves sobre el comportamiento del glaciar ante el cambio climático.

Monte Perdido está situado en el Parque Nacional de Ordesa y posee importantes valores ecológicos y culturales. Su glaciar es uno de los más meridionales de Europa y en los últimos años se está perdiendo de forma considerable: Entre 2011 y 2020 ha perdido una superficie del 12,9%, principalmente debido al cambio climático antropogénico. Según los pronósticos, si se mantienen las tendencias climáticas actuales, el glaciar desaparecerá en los próximos 50 años.

En su intento de comprender mejor esta evolución, se ha realizado un profundo estudio microestructural de un núcleo de hielo en 2017 del glaciar del Monte Perdido. El análisis se ha llevado a cabo en un laboratorio especializado a bajas temperaturas, Izotz alab BC3, que se ha centrado en una sección de 20 cm del núcleo, marcada por una capa de impurezas de color marrón rojizo muy pronunciada.

El estudio ha puesto de manifiesto que estas impurezas modifican sustancialmente la estructura interna del hielo. De hecho, cuanto más partículas hay, más pequeños y más irregulares (menos redondeados) aparecen. Numerosos estudios previos sobre el hielo polar indican que este cambio estructural facilita el movimiento interior del glaciar. De ahí se deduce que, incluso en Monte Perdido, estos cambios microestructurales pueden acelerar el flujo del glaciar hacia zonas más cálidas y bajas, lo que provocaría un deshielo más rápido.

Además, los investigadores han tratado de conocer de dónde proceden estas partículas y cómo se integran en la estructura del glaciar. Según el estudio, las partículas del núcleo de hielo del glaciar del Monte Perdido provienen del desierto del Sahara, arrastradas por el viento. En otros lugares también pueden existir cenizas volcánicas y otras. En cualquier caso, han anunciado que este tipo de sucesos serán cada vez más frecuentes en el futuro.

 

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