2021/02/24
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No hay diferencias significativas entre cerebros de mujeres y hombres
Texto generado por el traductor automático Elia sin revisión posterior por traductores.
Elia Elhuyar
Ed. Pixabay
Analizando todo el estudio realizado en torno al cerebro en las últimas tres décadas, científicos de la Universidad Rosalind Franklin (EEUU) han concluido que no existen diferencias significativas entre los cerebros de mujeres y hombres. Es cierto que el cerebro de los hombres es mayor, 8% más al nacer y se mantiene a lo largo de toda la vida (13% más en la adolescencia y 11% en la madurez). En definitiva, los cuerpos grandes necesitan más cerebro. También es cierto que los cerebros mayores necesitan de axones mayores y mielinizados para poder transmitir el potencial a mayor distancia. Sin embargo, cuando otras diferencias observadas en el cerebro se dirigen hacia el tamaño, como la cantidad de materia blanca/materia gris, la conexión intrahemisférica/interhemisférica y el volumen cortical y subcortical, estas diferencias desaparecen. Así, aunque el cuerpo humano es sexualmente dimorfico, los investigadores han concluido que en el cerebro humano no hay dimorfismo sexual.
Debido a la alta neuroplasticidad del cerebro y, por tanto, a las experiencias externas que pueden modificar su estructura y funciones neuronales, no es fácil distinguir cuáles son las diferencias intrínsecas entre hombres y mujeres y cuáles son las motivadas por factores sociales. Por ejemplo, algunas hipótesis apuntaban a que los cerebros femeninos están conectados de manera más efectiva entre los dos hemisferios, mientras que en los hombres es mejor la conexión intrahemisférica, en los hombres la mejor visión espacial —la visualización y la rotación mental— y en otros casos la mayor capacidad de las mujeres para detectar la experiencia emocional de otras personas. Pues bien, analizando la actividad y la morfología del cerebro por resonancia magnética, no han observado diferencias significativas en el procesamiento del lenguaje, del espacio y de las emociones, sólo un 1%.
En consecuencia, se ha demostrado que el tamaño es una de las pocas diferencias que se han observado en el cerebro, y además es menor que la observada en otros órganos: frente al 11% del cerebro, los hombres tienen un 17% más de corazón, los pulmones un 23%, el hígado un 14%, el área un 18%, los riñones un 19% y el tiroides un 25%. La diferencia de tamaño no significa que sean dimorficas, ya que todas ellas, como el cerebro, son monomórficas. De este modo, estos órganos pueden ser transpuestos con gran éxito entre hombres y mujeres.
Básicamente, brecha de género
Los autores del trabajo han advertido que ha habido muchos intentos de buscar el dimorfismo sexual en el cerebro humano y que todos ellos han tenido como punto de partida y de madurez las diferencias observadas a nivel de comportamiento. En su opinión, se ha querido dar una explicación neurológica a las diferencias que se observan en la salud mental de hombres y mujeres, en la tendencia al liderazgo, en las relaciones, en las profesiones, en el procesamiento matemático, en la empatía y en otros comportamientos, aunque de hecho se trata de diferencias producidas por el condicionamiento cultural y la brecha de género.
Los investigadores han destacado que no se ven dos tipos de cerebro, ni un gradiente de masculino a femenino, sino un “mosaico” multidimensional en el que cada individuo forma un modelo único y diferente.