Precisamente, tras el desastre de Fukushima, la Unión Europea encargó a todos los países analizar las medidas de seguridad para saber si las medidas que se han adoptado hoy para hacer frente a los siniestros naturales y los producidos por errores humanos son adecuadas, especialmente en el caso de un terremoto y una inundación.
Así, se han analizado los 145 reactores existentes en la Unión Europea, así como los de Suiza y Ucrania. El estudio se ha realizado en tres fases. En la primera, los responsables de cada una de las centrales realizaron un estudio de sus instalaciones. En una segunda fase, los reguladores nacionales elaboraron un informe basado en esos estudios. Por último, en una tercera fase, el organismo encargado de la normativa sobre seguridad nuclear en la Unión Europea (ENSREG) lideró el proceso de análisis de estos informes y los examinadores acudieron a varias centrales. El informe que ahora se emite es el resultado final de este proceso de análisis.
El comisario Günther Oettinger ha afirmado que “las pruebas de resistencia han puesto de manifiesto qué está bien y qué debemos mejorar. Las pruebas han sido rigurosas y exitosas. En general, el balance es bueno, pero no tenemos razón para alegrarnos demasiado. Por motivos de seguridad ciudadana, todas las autoridades afectadas deben esforzarse por garantizar la aplicación de las medidas de seguridad más estrictas en todas las centrales europeas”.
Según el informe, las pruebas de seguridad han demostrado que en todos los países no se tienen en cuenta por igual las normas internacionales sobre seguridad. Además, en el informe se detallan los aspectos a mejorar.
Por ejemplo, en 54 de los 145 reactores no se han tenido en cuenta los daños que pueden causar los terremotos, ni el de las inundaciones en 62. Cabe destacar que las estimaciones de riesgo de ambos eventos deben realizarse para un periodo de 10.000 años. Además, 122 reactores no disponen de los instrumentos necesarios para medir y prever los terremotos.
Hay más errores. Por ejemplo, 32 reactores no disponen de sistemas de ventilación adecuados, y 81 reactores no incluyen en un lugar protegido los equipos a utilizar en caso de accidente grave. No sustituye a la sala de control de gravedad en 24 reactores, ni a las instrucciones de actuación en caso de emergencia en 79 reactores.
Para solventar estas y otras carencias, cada país debe presentar un proyecto a fin de año. Estos proyectos serán analizados por los responsables de la Unión Europea y su implantación se verá en 2014.
Por otro lado, la Unión Europea revisará la normativa actual y propondrá mejoras a principios de 2013. Señalan que prestarán especial atención a los requisitos de seguridad, trabajo de los reguladores, transparencia y seguimiento.