Algunos de vosotros recordarán que en la película “Eulia” el científico sufría una extraña metamorfosis: el protagonista al que se pegaba el ADN de la mosca en los cromosomas y, por sorpresa, se convierte en mosca. Por supuesto, esta increible transformación es la ciencia ficción: de momento no se ha conseguido convertir al hombre en mosca, pero un grupo de biólogos ha hecho un sorprendente descubrimiento. No ha encontrado seres con forma de mosca, pero sí restos de moscas en el genoma humano. Según estos investigadores, mariner, la parte de ADN de la mosca de vinagre, ha llegado a los cromosomas del hombre y ya ha afectado al sistema nervioso.
Según los datos que se han dado a conocer hasta el momento, la porción de ADN, llamada mariner, puede pasar de la especie a la especie, a los primates y, al parecer, al ser humano. Según los biólogos, cuando el mariner entra en la nueva especie, empieza a saltar en los genes sin parar. Tras la agitación, el fragmento de ADN se relaja y es casi imposible encontrarlo parado. Lo que los biólogos han descubierto en el ser humano es, por tanto, una parte de ADN que aún perdura.
Durante el estudio de la enfermedad neurológica Charcot-Marie-Tooth se descubrió la huella de la mosca del vinagre en el genoma humano. Esta terrible enfermedad aún es bastante desconocida y hay que fijarse en la sintomatología: los nervios y músculos de las piernas y los pies debilitan las enfermedades. Aunque el relato que aparece en “Eulia” es ficción, lamentablemente no podemos decir lo mismo de esa enfermedad.