Nueva esperanza para diabéticos

Hace unos 75 años los diabéticos no podían esperar más que morir. Hoy en día las cosas han cambiado mucho y la calidad de vida de los diabéticos es mucho mejor. Sin embargo, la diabetes (necesidad de cuidar la alimentación, inyecciones, etc.), especialmente la diabetes tipo 1 (causada por la falta de insulina o la escasez de insulina), es bastante activa.

A medida que las técnicas mejoran, por un lado, en los últimos años se han ensayado terapia génica. La proteína PDX-1 es la que produce el área y produce la producción de insulina. Por tanto, a los ratones del laboratorio con diabetes se les ha inyectado el virus adeno con el que se codifica esta proteína en el hígado. Según la hipótesis tratada, una vez que el virus entra en las células y sus genes se unen a los genes de la célula, las células producirían la proteína PDX-1 a la vez que producirían insulina. Y así ocurrió. Aproximadamente 48 horas después de la inyección del adenobirus, los ratones comenzaron a producir insulina y los niveles de glucosa en sangre se redujeron a los normales. Alrededor del 60% de las células del hígado empezaron a trabajar como si fueran células del área.

Por otro lado, la mejora de estas técnicas ha ido acompañada de ensayos en humanos. Uno de los últimos es un trasplante realizado a siete pacientes. Todos ellos tenían diabetes tipo 1 y se les trasplantaron las islas de Langerhans del área junto con la inmunodeficiencia sin glucocorticoides (en los trasplantes es necesario provocar inmunodeficiencia para evitar rechazos). En los 267 trasplantes de área realizados con anterioridad a este ensayo, se utilizaban otros productos para la inmunodeficiencia y sólo el 8,2% de los pacientes ha podido permanecer sin insulina externa más de un año. En esta ocasión, tras un seguimiento medio de 11,9 meses, en general, no han necesitado insulina externa. Un paciente ha necesitado cuatro veces la insulina externa en otras tantas ocasiones. Otro paciente ha necesitado insulina externa (7U) durante dos días de enfermedad. En el resto no ha habido problemas reseñables. Por lo tanto, parece que la vía de los trasplantes para hacer frente a la diabetes tipo 1 sigue adelante, aunque todavía hay que hacer más pruebas y exámenes.

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