El uso del trasplante de células madre puede reducir los síntomas de la esclerosis múltiple, según han publicado en la revista Lancet Neurology. Científicos de la Universidad de Northwestern han realizado el tratamiento a pacientes con esclerosis múltiple recurrente. Durante tres años se ha investigado la evolución de los pacientes y se ha llegado a la conclusión de que el proceso es viable en los pacientes que se encuentran en esta fase de la enfermedad.
Cuando la enfermedad se propaga de forma progresiva y gradual, el trasplante de células madre no funciona. En pacientes con esclerosis múltiple retrógrada recurrente, los síntomas aparecen y se detienen. A veces las paradas duran años.
El tratamiento convencional consiste en la destrucción total o parcial de la médula ósea mediante quimioterapia o radioterapia. Pero esto genera una elevada mortalidad. La nueva técnica consiste en realizar un tratamiento de acondicionamiento sin retirar la médula ósea. Para ello se toman células madre hematopoyéticas de la sangre del paciente y se congelan. Posteriormente, sin destruir totalmente la médula ósea, el paciente toma una serie de medicamentos para eliminar el sistema inmunitario. Por último, se vuelve a trasplantar sus células madre hematopoyéticas. El objetivo es que las nuevas células defensivas no actúen contra el cuerpo del paciente.
Tres años después del trasplante, el 100% de los pacientes no empeoró, el 81% estaba mejor y el 62% no tenía síntomas de enfermedad. Los investigadores han afirmado que la esclerosis múltiple puede curarse con células madre. Han descubierto que evita la progresión neurológica y da la vuelta a la incapacidad neurológica.