Al igual que los humanos tenemos billones de células inmunes para protegernos de enfermedades, los grupos de hormigas de la misma colonia cubren su nido con una resina antibacteriana para evitar los agentes patógenos. Recientes investigadores de la Universidad Regensburg de Alemania han descubierto por primera vez que las colonias de hormigas son capaces de detectar y descartar larvas contaminadas para evitar la dispersión de una enfermedad. Pero la endogamia dificulta este sentido, ya que las hormigas endogámicas no pueden oler al patógeno.
Al igual que los humanos endogámicos y las mascotas sanas, los grupos de hormigas endogámicas poseen sistemas inmunológicos más débiles: son lentos para detectar la enfermedad y descartar las larvas contaminadas, poniendo en peligro a toda la población.