Hay personas que no producen melanina, por eso el sol les perjudica especialmente y nunca se broncean. La melanina protege de los rayos ultravioleta, pero los que no tienen una proteína de la piel, llamada receptora de melanocortina 1, no pueden formar melanina. Como consecuencia, no pueden estar expuestas al sol, ya que de otra manera se queman y, además, tienen un alto riesgo de cáncer de piel.
En el Instituto de Cáncer de Boston se ha aislado de la planta de coleo una molécula que puede ser de gran ayuda para estas personas: la forescolina. Esta molécula provoca la activación de una enzima y la aparición de pigmentos oscuros en la piel. Por tanto, la piel se broncea. A diferencia de las cremas que sólo broncean la piel, los pigmentos así producidos protegen la piel de los rayos ultravioleta.
Los investigadores han trabajado con ratones sin capacidad de producción de melanina y han obtenido buenos resultados. Antes de probarlo con seres humanos tendrán que hacer muchos más estudios, pero creen que puede ser beneficioso para algunos. Sin embargo, no sirve para los albinos, ya que en ningún caso estas personas pueden producir pigmentos.