Un grupo de psicólogos de Belfast propone una serie de movimientos y ejercicios que ayudan a los disléxicos a mejorar su coordinación. Para ello, analizan los movimientos de los niños en el vientre materno. Al parecer, cuando está en el vientre, el feto tiene varios reflejos primarios que le ayudan a desarrollar su cuerpo. Una vez nacido, el niño comienza a ponerse recto y aparecen reflejos secundarios. Según los psicólogos del proyecto, los niños disléxicos siguen teniendo fuertes reflejos primarios, que son los que les impiden realizar algunas acciones con normalidad.
Con los movimientos propuestos se espera, por tanto, dejar de lado los reflejos primarios y mejorar la coordinación.