Hungría anuncia la interrupción del tráfico de trenes, ríos y carreteras con Checoslovaquia. El problema es la central hidroeléctrica denominada Gabcikovo-Nagymaros, que se quiere construir en el río Danubio. En torno a este proyecto ha habido numerosas protestas en Praga, Viena y doce ciudades del oeste europeo.
Hungría ha suspendido su participación en este proyecto por motivos medioambientales. Sin embargo, Eslovaquia, el menor de los dos Estados que componen el Checoslovaquia, ha manifestado su intención de llevar a cabo la parte correspondiente del proyecto.
Austria invirtió 640 millones de dólares en este proyecto. A cambio de este dinero, Austria debería recibir en el futuro energía hidroeléctrica, pero al retroceder quiere compensar. Hungría y Checoslovaquia han invertido hasta la fecha 500 millones de dólares cada uno y dado que todos los trabajos realizados se han llevado a cabo en Checoslovaquia, este Estado tiene el mayor interés por continuar.
Los ecologistas de los tres estados mencionados se mostraron desde el principio en contra de este proyecto. Por su parte, las presas pueden alterar las aguas subterráneas, contaminar el agua potable, dañar la agricultura, etc.
Se plantea la construcción de dos presas y si se quiere que el proyecto tenga el máximo rendimiento, las dos deben funcionar a la vez. El proyecto de Gabcikovo, que finalizará provisionalmente este año, puede alcanzar los 180 MW en tres años. Hay que tener en cuenta que el proyecto inicial fue diseñado para una potencia de 780 MW.
Además, según este proyecto, los límites entre Hungría y Checoslovaquia deberían volver a marcarse y esto no podrá llevarse a cabo hasta que Hungría no lo autorice.