Los Premios CAF-Elhuyar cumplieron ayer 25 años y celebraron un evento especial en la sede central de CAF. Los galardones se repartieron entre las sonrisas y las algas sacadas al público, como testimonio de la buena salud de la divulgación científica.
Los ganadores de este año han sido:
“Buscando las esferas de Dyson”, de Iñigo González de Arrieta Martínez e Iker González Cubiela. Premio al artículo divulgativo general.
“Las células están online”, de Maider Beitia San Vicente e Itziar Urizar Arenaza. Mención especial.
“Para producir leche, ¿utilizar proteínas locales o externas?”, de Izaro Zubiria Ibarguren. Premio Especial Neiker al mejor trabajo del sector primario.
“Aves, abejas, bichos… Pequeños guardas de los manzanales” de Iñaki Sanz-Azkue, publicado en la revista Argia. Premio de periodismo científico.
Fossil Plastics, de Martin Etxauri Sainz de Murieta. Beca de creación.
Jesus Mari Txurruka Argarate, profesor de la UPV. Premio Elhuyar de Méritos.
El premio del artículo divulgativo general fue para los físicos vizcaínos Iñigo González de Arrieta Martínez e Iker González Cubiella, con la obra “En busca de las esferas de Dyson”. Su principal objetivo, desde el principio, ha sido “divertirse”. Y se nota, el artículo no deja de bailar en la frontera entre ciencia y fantasía.
“¿Estamos solos en el universo?” es el punto de partida del artículo. “Hemos probado diferentes formas de encontrar otras civilizaciones enviando ondas de radio y otros mensajes. De momento no han respondido”, señalan los autores. Para encontrar estas civilizaciones, proponen buscar esferas Dyson: “La esfera de Dyson es una nueva tecnología que por el momento no existe y que se utilizaría para cubrir el Sol o una estrella y aprovechar toda la energía de esa estrella. Aprovechando esta energía, una civilización sería capaz de recorrer su galaxia. Así que si en el Universo encontráramos una esfera de Dyson, significaría que existe necesariamente una civilización más desarrollada que nosotros”.
El jurado ha reconocido un gran valor a la obra porque “demuestra que la ciencia, además del mundo existente, sirve también para conocer lo que puede existir”.
Ante la fuerte competencia en la categoría de artículo general, el jurado ha decidido dar una mención especial al otro artículo que ha llegado a la cabeza: “Las células están online”, de Maider Beitia San Vicente e Itziar Urizar Arenaza. Ambos son investigadores de la facultad de Medicina y Enfermería de la UPV.
En opinión del jurado, el artículo hace un juego muy interesante: utilizando redes sociales como facebook, instagram, etc. como metáfora, explican cómo son las comunicaciones entre células. Y este juego sirve de reclamo para atraer al lector. “Con este simil pensamos que se entendería más fácilmente cómo es la comunicación entre las células”, señalaron los autores.
El Premio Especial Neiker al mejor trabajo del sector primario fue para Izaro Zubiria Ibarguren, con el artículo titulado “¿Utilizar proteínas locales o externas para producir leche?”. Según el jurado, el trabajo responde a un problema real de la ganadería.
El premio fue para mujeres baserritarras: “Hacen un trabajo tremendo, sin vacaciones, sin convenios de trabajo… Gracias a ellos nuestro campo y nuestro patrimonio cultural se están manteniendo vivos”.
Premio al mejor trabajo basado en tesis
El certamen ha tenido una sorpresa. De hecho, el jurado ha decidido declarar desierto el premio al mejor trabajo basado en la tesis, ya que se han recibido muy pocos trabajos y no cumplían los criterios mínimos. En cualquier caso, han subrayado la importancia de esta categoría y han animado a todos los que están finalizando su tesis doctoral a presentar su artículo el próximo año.
El premio de periodismo ha sido para Iñaki Sanz-Azkue, con la obra “Aves, abejas, bichos… Los pequeños guardas de los manzanales”, publicada en la revista Argia. Sanz-Azkue, profesor y miembro de la Sociedad de Aranzadi, ha reconocido que el premio le ha dado “fuerza para seguir escribiendo”, “porque muchas veces no sabemos si alguien leerá nuestros artículos”.
El trabajo aborda el tema de la biodiversidad de una manera sencilla y atractiva, mostrando con detalle y con mucho mimo la biodiversidad que se concentra en torno a los manzanales. El jurado ha valorado el valor de lo que tenemos junto a casa. “Cuanto más diversa es la fauna en el manzanal, más posibilidades habrá de tener una mejor cosecha, ya que las plagas disminuirán y aumentará la polinización”, señaló el autor. Aprovechó para dar las gracias a la luz, por la confianza mostrada y felicitó por el 100 aniversario que se celebra este año.
La beca de creación en sociedad científica pretende impulsar proyectos que sirvan de puente entre la ciencia y la sociedad. Este año, el artista navarro Martin Etxauri Sainz de Murieta ha sido el ganador con la Obra Fossil Plastics.
El jurado ha señalado que tiene un planteamiento muy interesante: responde a una inquietud de hoy, e incorpora también la parte personal con gran personalidad. El objetivo del artista es escanear en dimensiones de imagen e imprimir en impresoras 3D las superficies troncales de árboles en peligro de extinción en Euskal Herria. “Quería recordar lo que está pasando con el plástico a nivel mundial. Son ya el símbolo del Antropoceno, donde los plásticos están integrados en los sedimentos. Por eso tomo árboles e imprimo en plástico. Quiero situar al público ante esta violencia, donde los árboles también están hechos de plástico.Propongo implícitamente dos preguntas: el fosil plastics, en el que el plástico ocupa el lugar de la piedra en el momento de producir fósiles de plástico. Y por otro lado, quería traer una posible situación en la que nosotros ya hemos acabado completamente los árboles, en la que hemos tenido que crear plásticos para recordarlos”.
En el acto también se presentó el proyecto becado el año pasado por los arquitectos Ander Gortazar Balerdi y Jacek Markusiewicz, ya finalizado: ¡Bastartak!. “El contexto histórico, político y social condiciona enormemente la percepción y valoración de la arquitectura por parte de la sociedad”, explican los autores. “En este proyecto hemos querido poner en valor la arquitectura estigmatizada para poder contemplar con otros ojos estos edificios tan malditos como los bastartas”. Así, con el dinero recaudado en la beca del año pasado, los bastartos edificios de la Bahía de Pasaia han creado una aplicación para conocer de forma interactiva los móviles y tablets con realidad aumentada.
Para finalizar, se entregó el Merito de Elhuyar. Jesús Mari Txurruka Argarate fue recibido por el profesor de la UPV-EHU por su labor de normalización del euskera y socialización de la ciencia. José Mª Pitarke de La Torre, presidente de la Fundación Elhuyar y director general de CIC nanoGUNE, ha recordado los méritos de Txurruka: “En 1977, siendo estudiante, cuando en la Facultad de Ciencias de Leioa no había posibilidad de recibir clases en euskera, Jesús Mari comenzó a impartir seminarios de biología a estudiantes en euskera fuera de las horas oficiales. Dos años después, estas clases se convirtieron en oficiales, partiendo de la línea vasca de la Facultad de Ciencias”.
Jesús Mari acaba de jubilarse y, rodeado de familia, él también miró hacia atrás y hizo vibrar a un público con las anécdotas de aquella época, de juerga a carcajadas. Que sepas aprovechar también el periodo de jubilación, Jesus Mari.