Entre los científicos se ha discutido la influencia de los volcanes en la pérdida de los dinosaurios. De hecho, antes del impacto del asteroide que causó el cráter de Chicxulube, se produjeron erupciones masivas en la India. Este fenómeno se conoce como vulcanismo Deccan y, debido a la influencia que tuvieron los gases y las cenizas liberadas en el clima, los científicos creen que influyó también en los seres vivos. Hasta ahora, sin embargo, se desconoce si este impacto fue más mortífero que el impacto del asteroide o viceversa.
Ahora, el estudio de las moléculas fósiles de las antiguas turberas de Estados Unidos revela que algunos investigadores han iluminado las temperaturas entre erupciones y el impacto del asteroide. De este modo, han constatado que las erupciones masivas se produjeron 30.000 años antes del impacto, lo que coincide con un enfriamiento del clima de unos 5 ºC. Según los investigadores, las erupciones provocaron que los gases liberados a la atmósfera impidieran la llegada de los rayos solares a la superficie de la Tierra.
Este clima frío duró unos 10.000 años. Así, 20.000 años antes del impacto del asteroide, la temperatura volvió a subir y alcanzó niveles previos al inicio de las erupciones. Por lo tanto, se concluye que, aunque las erupciones afectaron a los seres vivos, no influyeron tanto en la desaparición de los dinosaurios.
El impacto del asteroide, en cambio, causó un desastre total: enfriamiento, incendios, tsunamis, terremotos… Así, los investigadores han propuesto que el asteroide fue el último causante de la pérdida de los dinosaurios. El estudio ha sido publicado en la revista Science Advances.