El laboratorio estadounidense Sandia ha creado un plasma de dos mil millones de grados de temperatura, una temperatura superior a la del interior de las estrellas. Esta alta temperatura se ha alcanzado a través de la máquina Z, que transforma los hilos metálicos en plasma.
En los experimentos que ahora son noticia, se han utilizado los hilos de wolframio en lugar de los hilos de acero convencionales, que son más finos y han descubierto que el wolframio es un metal ideal para la fabricación de plasmas. La corriente eléctrica de alta intensidad pasa por los hilos y los átomos del metal de los hilos se ionizan y el sólido se convierte en gas. En definitiva, obtienen un plasma, es decir, un fluido de partículas cargadas. Los plasmas se controlan por medio de campos magnéticos, que en este caso han utilizado el campo magnético para comprimir físicamente el plasma, dar velocidad y pararlo bruscamente. En consecuencia, han conseguido un plasma a alta temperatura, un plasma a dos mil millones de grados.
A esta temperatura, el plasma emite por sí mismo rayos X. Además, libera cuatro veces más energía de la absorbida. Por ello, los físicos han considerado importante el experimento, lo que demuestra que la máquina Z puede servir para investigar procesos de fusión, alta radiación, llamas estelares, etc.