Por la igualdad, científicamente

Las revistas científicas han recibido críticas a menudo por difundir y perpetuar los achaques del sistema científico, como el machismo y el clasismo. En esta ocasión, por lo contrario, merecen una mención las dos revistas científicas más conocidas, Nature y Science. De hecho, en las editoriales se difundieron reivindicaciones por la igualdad, una desde la perspectiva de género y otra desde la vertiente social.

Igualdad de género: el título de la editorial de Nature es el camino para conseguir un mundo mejor. En un primer momento, el autor recuerda que el reparto del poder entre géneros es beneficioso para la salud, la lucha contra la pobreza y el medio ambiente. A continuación advierte de que el mundo está muy lejos de lograr la igualdad de género. Pone dos ejemplos: la vulneración de los derechos educativos en Afganistán y los obstáculos para abortar en EEUU.

Nature también analiza los índices de la Organización de las Naciones Unidas. De hecho, en julio estableció dos nuevos índices: WEI o empoderamiento de las mujeres y GGPI o paridad de género global. En ambos países, con buenos resultados, tampoco vive el 1% de las mujeres y niñas del mundo.

La igualdad de género también está recogida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por la ONU para 2030. En concreto, se trata del objetivo 5, pero casi todos los indicadores muestran que no se podrá cumplir.

En relación con todo ello, el editor cita a Ruth Mace. De hecho, Mac ha demostrado que, en contra de lo que muchos creen y reivindican, el patriarcado no es natural, natural. Prueba de ello es que cientos de grupos humanos en el mundo tienen mujeres en el centro. En la inmensa mayoría de estos grupos la mujer no está por encima del hombre (no son el reverso del patriarcado), sino que se basa en el equilibrio de poder. Los beneficios son para todos: las mujeres tienen mejor salud que las sociedades patriarcales y los hombres no tienen peor salud.

Asimismo, en los países liderados por mujeres y jóvenes, los resultados son mejores en los indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. También aporta más datos y ejemplos, pero sin dilación la conclusión puede resumirse en la última frase: «La evidencia científica es cada vez más fuerte: la división del poder entre géneros es la causa del mundo que todos necesitamos y queremos vivir».

Trasladando la mirada de todo el mundo a los Estados Unidos, la revista Science apuesta por la integración de la equidad en la innovación en su editorial. De hecho, ha destacado al principio que el beneficio social de las tecnologías no se reparte por igual en la sociedad americana. Las comunidades rurales, las personas con discapacidad y los grupos que históricamente han sufrido y sufren discriminación no tienen acceso a los productos de la innovación. Es más, no son tenidos en cuenta en ninguna etapa del proceso de innovación y, en muchas ocasiones, las deficiencias o las consecuencias negativas ponen de manifiesto la necesidad de equidad.

La revista menciona dos ejemplos en la editorial: El nuevo tratamiento de la hepatitis C y los tests del COVID-19, aunque la producción ha sido masiva, son caros, por lo que para muchos no son accesibles. La editora ha advertido que se espera que la tecnología tenga un fuerte impulso, entre otras cosas gracias a la inteligencia artificial. Por lo tanto, considera imprescindible tener en cuenta desde el principio la equidad para desarrollar una tecnología mejor y beneficiarse todos.