Mientras la enfermedad de las vacas locas está agitada en toda Europa, ha pasado casi inadvertido otro asunto relacionado directamente con el ganado vacuno y que ha suscitado polémica: el uso de hormonas. Como es sabido, en varias ocasiones se ha denunciado el uso de hormonas para cebar terneros o vacas.
Las hormonas aceleran el proceso de engorde por lo que al ganadero le resulta ventajoso en su comercialización. Actualmente está terminantemente prohibido el uso de hormonas en toda Europa para engordar el ganado, pero son frecuentes los casos relacionados con el clenbuterol o cualquier otra hormona.
Un comité de expertos de la Unión Europea ha analizado el uso de hormonas en los últimos años y ha publicado recientemente sus resultados provisionales. Según ellos, la testosterona, la progesterona y las tres hormonas naturales de estradiol y las hormonas artificiales de ceranol y tabibolona no causan ningún daño a la salud humana, por lo que pueden ser utilizadas sin problemas para engordar el ganado.
En cualquier caso, no todas son de la misma opinión. Los ganaderos consideran preocupante esta afirmación porque levantar la prohibición de estas cinco hormonas facilitará el acceso a más. Entre los consumidores también se está preocupando. Habrá que superar la desconfianza hacia la carne, pero las voces favorables a permitir el uso de hormonas sólo harán que la situación se complique más.