El problema que nos presenta Fred Lerner en esta noticia ha sido para muchas personas. En definitiva, el tema es que los textos escritos en antiguos ordenadores no pueden ser utilizados en la actualidad debido a la incompatibilidad entre estos y los actuales.
Un compañero de Lerner utiliza en la actualidad sistemas DOS o Macintosh. Pero de vez en cuando, cuando tiene que reutilizar o actualizar los trabajos realizados en su día, resulta muy difícil implementar esta información antigua en los sistemas actuales.
Además, en una reunión celebrada por la “American Society”, la mayoría de la gente afirmaba que el mantenimiento de la información electrónica almacenada era necesario de forma sistemática. Son muchos los datos científicos que no se pueden leer en los ordenadores actuales y los trabajos realizados en los sistemas magnéticos que se utilizan en la actualidad no se podrán leer dentro de 20 años. Si bien los datos almacenados en los CD-ROM duran diez, cien o mil años, ¿existirá en ese momento un sistema de lectura del CD-ROM?
Ante este problema, la solución más adecuada sería la de implantar los datos en un nuevo sistema que permita su disponibilidad en el tiempo. Pero al ser costoso emprender este camino, habría que proceder a la selección de datos. ¿Y quién realizaría la selección de datos? ¿Qué datos guardar y cuáles no, por qué criterio? Hace dos mil años se dejó mucha información al pasar del pergamino a los códigos.
Al parecer, en la actualidad se producirá un fenómeno similar.