Con el nuevo año perdimos una especie animal. Por lo menos uno o lo sabemos nosotros. Desde el zoológico de Londres se ha anunciado que el último ejemplar de la especie de Partula turgida, de la especie de caracol, murió a principios de enero.
A los trabajadores del zoológico les resultó bastante difícil darse cuenta de la muerte del caracol, que en los últimos días no se había movido en absoluto, pero de hecho nuestro amigo era bastante lento. Para ser más precisos, entre los caracoles que se conocen, la Partula turgida era la más lenta: solía recorrer 60 cm al año.
Según se ha dicho desde Londres, esta especie de caracol tenía su origen en la Polinesia y estaba en peligro de extinción desde hace unos 20 años. Por ello, el último ejemplar de Londres ha sido conservado dentro de programas especiales de protección, pero lamentablemente el esfuerzo no ha conseguido asegurar la supervivencia de la especie. Uno menos.