En el oeste de Australia se están destruyendo campos de sal. La sal subterránea está subiendo y el agua y la vegetación se ha envenenado. Tras la muerte de la vegetación, la erosión hace suya y comienza a formarse el desierto.
Para dar una solución a este problema se ha procedido a la plantación de árboles. Se espera que los árboles, a través de sus raíces, asienten la sal bajo el suelo para que poco a poco la tierra se vaya consolidando y convirtiéndose en algo productivo.