El pasado mes de febrero se iniciaron los exámenes de nuevas prendas para astronautas de la NASA. Los astronautas se introducirán en un depósito de agua de 9 metros de profundidad con sus nuevas prendas. Se trata de simular las condiciones espaciales.
Habrá que elegir entre dos trajes diferentes y esto puede ocurrir a finales de año. Sin embargo, muchos consideran que se puede decidir combinar ambos diseños para conseguir la indumentaria más adecuada.
Las cámaras situadas en el interior del tanque filmarán la adaptación de los astronautas al trabajo, como el montaje y desmontaje de estructuras. Se trata de conocer las características de ambas prendas en las condiciones espaciales.
Los astronautas necesitarán en el futuro un traje más flexible y duradero que el que se viste ahora, porque pasarán más tiempo en el espacio.
Una de las prendas que se probará -AX-5- es diferente de todas las anteriores. Sin tela ni partes blandas. Fabricado en metal sólido (aluminio en este caso) Una fina capa de aluminio o de oro protegerá el traje de la corrosión y proporcionará un buen aislamiento térmico.
En el espacio, dependiendo de la posición del Sol, la indumentaria deberá soportar temperaturas entre 200°C y -150°C. En las juntas habrá cojinetes rotativos para que el astronauta pueda moverse. Entre las juntas se colocarán anillos variables de distinto tamaño para que el mismo traje pueda ser utilizado por astronautas de distinto tamaño.
Este traje AX-5 será modular y constará de 15 partes principales. El cambio de los diferentes componentes de la prenda irá aumentando a medida que se deterioren. El vestuario actual tiene una duración de 50 horas.
La otra prenda, llamada Mark-3, parece ser más cómoda. El cuerpo será metálico, pero las extremidades serán de tela para facilitar el movimiento.
Los diseñadores de AX-5 dicen que al ser de metal ofrecerá mayor protección frente a los micrometeoritos.
A finales de año tendremos la respuesta y sabremos cuál será la moda futura de los astronautas: solo metal o metal y tela.