Las personas que han sufrido un infarto con aspirina pueden reducir considerablemente el riesgo de sufrir un segundo ataque. Una encuesta realizada en EEUU así lo ha anunciado.
En este caso no se ha analizado el papel de la aspirina en la prevención del infarto. Se ha estudiado el papel terapéutico que puede tener la aspirina tras sufrir el primer infarto.
17.000 pacientes de 16 localidades han participado en este estudio. Los pacientes podían tomar aleatoriamente uno de cada cuatro tipos de tramentos: aspirina sola, medicamento trombolítico llamado estreptoquinasa, ambos (uno tras otro) o nada. La estreptoquinasa disuelve los coáculos de sangre que provocan el infarto y reduce así el riesgo de sufrir un segundo infarto. Los médicos querían ver si la aspirina podía o no hacerlo.
Las conclusiones del estudio han sido las siguientes:
Estos resultados son muy satisfactorios y se ha fordado que la aspirina es un medicamento apropiado para prevenir trombos o cocidos de sangre.
Todo esto es muy beneficioso para los países del tercer mundo. En el caso de la India, por ejemplo, la proporción de infartos aumenta, pero los recursos para su tratamiento son escasos. El coste de los medicamentos trombolíticos está fuera de la mano de casi la totalidad de la población del tercer mundo y sus excrementos. La aspirina es barata. Por otro lado, los medicamentos trombolíticos deben tomarse gotas por inyección intravenosa o por goteo. La aspirina se ingiere.
Otro estudio indica que la aspirina puede ser muy adecuada para prevenir el primer infarto. Así lo demuestra el estudio realizado con 22.071 médicos. Cada médico ha tomado cada día 325 mg de aspirina para comprobar si el riesgo cardiovascular disminuye. Resultado: el riesgo se reduce casi a la mitad.