Se han analizado muestras de hace 1.500 a 3.300 años, y parece que las más antiguas tienen el mismo ADN que el encontrado en las huellas mediterráneas.
Para concluir que los habitantes del centro de Europa pertenecían originariamente a la raza caucásica, también se han tenido en cuenta otros vestigios como la existencia en el oeste de China de momias rubias de hace dos mil años y la existencia de una lengua europea en el centro de Asia, ya desaparecida.
Al tratarse de una pasarela natural entre Asia y Europa, ha sido una vía de migración tradicional entre estos dos continentes, por lo que Kazakhstan es un lugar idóneo para la investigación.