Un molinero de Galdar en Gran Canaria me dijo que los canarios conocían el maíz (en sus palabras el millo) antes que América. Por un lado estaba equivocado, pero por otro tenía razón. El maíz actual (Zea mays) procede de América. En eso estaba equivocado. Pero antes (Panicum milliaceum) era el nombre de otra planta y su fruto. El mijo, llamado maíz, era muy utilizado en aquella época, incluso en la mayor parte de Europa y África. Cuando trajeron una nueva planta de América, hizo que el viejo se hundiera, ya que era mucho más fértil, y le robó su nombre, debido al parecido de ambas plantas. Hoy en día el mijo no lo conocemos nosotros (en gran parte de África tienen como base la alimentación), si no es para dar de comer a los pájaros, aunque sea un alimento rico, interesante y rápido.
A los hombres de Hernán Cortés, al llegar a América, los indios dominados les ofrecieron maíz para los caballos diciendo «Mahí Señor» (tori jauna). De ahí su nombre en la mayoría de los lenguajes. En nuestro entorno las únicas excepciones son Canarias, Portugal, Galicia y Euskadi. En ella el maíz (Zea mays) tomó el nombre que antes se daba al mijo (Panicum milliaceum). El nombre del maíz en inglés, corn, era también utilizado anteriormente por otros cereales para designar el cultivo principal de una determinada zona. Siguiendo con el inglés, el molino se llama mill. ¿Tiene algo que ver con el mijo?
Otra vía importante para aprovechar los cereales es la pasta. La pasta en China es conocida desde hace mucho tiempo y de ahí se dice que fue traída por Marco Polo. Pero según otras fuentes, dos mil años antes lo usaban los etruscos y antes los romanos. Es indudable que: En la cocina italiana la pasta es importantísima y está cada vez más extendida en todo el mundo, ya que aporta alimentos interesantes, baratos, ricos y rápidos.
La pasta se elabora mezclando harina de trigo duro y agua, pero además de utilizar las otras harinas que tenía (arroz en China), se puede sustituir el agua por aceite o huevo y mezclar los colorantes (verduras, tinta de sepia...) multiplicando las posibilidades de la pasta.