A la vista del rápido desarrollo de los últimos años, los investigadores sanitarios se han mostrado sorprendidos y preocupados. Preocupados por la velocidad del desarrollo y sus posibles efectos secundarios. El Instituto Francés para el Desarrollo de la Salud y la Medicina, el INSERM, publicó en marzo un informe sobre el desarrollo de las técnicas sanitarias, aportando nuevos datos sobre esta polémica.
Los investigadores hablan de la presión que soportan a la hora de comercializar nuevas técnicas de salud debido a la excesiva exigencia del mercado. En concreto, los investigadores han denunciado la imposibilidad de verificar los efectos de los nuevos tratamientos. El investigador del instituto Jean Rosa señaló que “las técnicas sanitarias nos han abierto muchas puertas. Por el contrario, no hemos tenido tiempo de mirar lo que hay detrás de la puerta y por casualidad llevamos a nuestros pacientes. Desgraciadamente no podemos llamar la atención porque no conocemos el riesgo potencial de los nuevos tratamientos”.
El informe que acaba de publicar el INSERM ha dividido tres grupos principales de tratamiento: terapia basada en genes, trasplante de órganos e implantes. Si bien se ha logrado determinar contraindicaciones en estos tres grupos, la naturaleza de las conclusiones todavía no se conoce. Los portavoces del Instituto INSERM han afirmado que el objetivo del informe no es otro que hacer una descripción detallada de las posibles las posibles conclusiones, sino el de concienciar a los investigadores.