El gusano Caenorhabditis elegans detecta la luz ultravioleta, aunque no tiene ojo. C. elegans es un animal de laboratorio muy estudiado, pero al no tener ojo y tener un sistema nervioso muy simple, los investigadores han creído que no tiene sensibilidad a la luz. Sin embargo, al iluminarse con luz ultravioleta de gran longitud de onda (UVA), el gusano se mueve para escapar de esta luz. Los investigadores creen que este descubrimiento puede tener algo que ver en la investigación de la evolución de la estructura de los ojos de los animales.