Un grupo de paleontólogos estadounidenses y alemanes han estudiado una pluma fósil de Archaeopteryx, considerada durante años la primera ave del mundo. Los investigadores han comparado las estructuras para almacenar el pigmento de esta pluma con las actuales plumas de aves. Y tanto en tamaño como en forma se asemejan mucho las estructuras de Archaeopteryx y las más negras de hoy. Por ello, los investigadores han llegado a la conclusión de que la pluma de Archaeopteryx era casi segura. Sin embargo, para saber si todo el ave era negro, los investigadores han afirmado que habría que aclarar si la pluma era o no exterior del ave, así como encontrar otras plumas fosilizadas.