Un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología de California, dirigido por Dennis Dougherty, descubre que los receptores cerebrales y musculares de la nicotina tienen la diferencia de un aminoácido. Esta diferencia explica por qué la nicotina activa tan duramente los receptores cerebrales y por qué no ocurre lo mismo en los músculos. De hecho, los receptores de ambos lugares son muy similares y hasta ahora los científicos no entendían por qué lo que ocurría con uno no ocurría con el otro. Si en los receptores musculares se produjeran tantos enlaces como en el cerebro, el tabaquismo produciría contracciones musculares mortales.