Los Grandes Lagos de América del Norte han sido utilizados desde hace tiempo para el transporte de mercancías y personas, y en muchos casos se han drenado fondos fluviales y se han construido canales para el paso de barcos de un lago a otro. El río entre los lagos de Michigan y Eire es un ejemplo de ello: En 1962 fue drenado y construido un canal.
Pues bien, en los lagos de Michigan y Hurón han empezado a ver las consecuencias de esta obra: el fondo ha descendido unos 18 metros de media y el nivel del agua ha descendido entre 20-33 cm. Estas dos lagunas están unidas por diversas estructuras geológicas. Por lo tanto, al incidir en uno de ellos también se han visto conclusiones en el otro.