Un grupo de investigadores del Michigan Tecnological Institute encuentran cerca del lago Michigan un bosque conservado durante 10.000 años.
Los árboles que forman el bosque murieron repentinamente y se han conservado en estado muerto durante miles de años, sin pudrirse y sin convertirse en fósiles.
Los troncos encontrados presentan corteza y ramas, encontrándose en el suelo espinas, piñas y musgo. Los troncos tenían entre 5 y 50 cm de diámetro y los más largos tenían 9 m. La investigación forestal ha dado dos consecuencias principales: que el aspecto de los bosques boreales apenas ha variado durante 10.000 años y que puede haber cambios climáticos bruscos.
Los árboles crecieron lentamente y a velocidad constante, señal de que la temperatura era estable, pero murieron inesperadamente.
La hipótesis de los investigadores es que hace 10.000 años la mayor parte de América del Norte estaba cubierta de hielo y el calentamiento brusco provocó una fuerte fusión de hielo y la aparición de inundaciones. Los árboles muertos por la singular situación del lugar han llegado hasta nosotros.