La selección natural ayuda en Europa a las mutaciones que iluminan la piel

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Dos mutaciones genéticas que hacen que el color de la piel sea más claro, según un estudio de la UPV, se están manteniendo en la población europea. Ed. Sam D'Cruz / 350RF

El color de la piel varía en función de la latitud y, por tanto, de la intensidad de la luz ultravioleta: las personas que viven en latitudes bajas tienen una piel más oscura y las que viven en latitudes altas tienen una pigmentación más clara. La investigadora de la UPV-EHU Saioa López ha analizado el porqué de esta depigmentación. Durante el estudio ha concluido que la evolución está a favor de que se produzcan mutaciones que iluminen la piel (probablemente debido a la necesidad de sintetizar la vitamina D en latitudes con bajas radiaciones solares respecto a África), aunque a su vez aumente la probabilidad de padecer melanoma o cáncer de piel. En concreto, ha identificado dos mutaciones que provocan el aclarado de la piel. Asimismo, ha identificado nuevos genes y variantes genéticas que pueden estar relacionadas con las diferencias de pigmentación que aparecen en nuestra población.

Es posible que los primeros homínidos que aparecieron en África tengan una piel clara cubierta de pelo, como otros primates. Se cree que cuando se convirtieron en bípedo perdieron el pelo y entonces la selección natural apostó por una piel más oscura para protegerse de la luz ultravioleta. Sin embargo, cuando nuestros antepasados salieron de África (hace unos 100.000 años) y se dirigieron a Asia o Europa, donde la intensidad de los rayos ultravioleta es menor, volvieron a tener una superficie menos pigmentada.

No está claro qué ha provocado la depigmentación de estas poblaciones, y en este sentido se han planteado dos hipótesis: por un lado, la relajación de la selección natural que mantiene la piel oscura en África, ya que los niveles de luz ultravioleta fuera de África son menores; por otro lado, la selección natural puede ayudar a que se aclare la piel, ya que la presencia de una piel de pigmentación oscura en las latitudes altas impide que se sintetice los niveles adecuados de vitamina D, que es esencial para la supervivencia.

Distribución del color de la piel en el mundo Ed. UPV/EHU

Saioa López, investigadora del Departamento de Genética, Antropología Física y Fisiología Animal de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU, ha investigado este tema. Su trabajo de investigación se ha centrado en la identificación de las presiones de selección que han guiado la evolución de esta característica y en la identificación de nuevos genes y variantes genéticas que provocan diferencias de pigmentación entre las personas. En concreto, ha querido demostrar que la depigmentación ha sido un proceso de adaptación apoyado por la selección natural. En la investigación, desde el punto de vista metodológico, ha utilizado diversas técnicas, tanto de biología molecular como celular y bioinformática.

De esta forma, se han identificado dos mutaciones que provocan el aclaramiento funcional de la piel en la población europea. Se han encontrado evidencias significativas de que la selección natural está contribuyendo positivamente a estas mutaciones y se está manteniendo en la población europea para conseguir un color más claro de la piel. Además, se han analizado muestras de melanoma y se ha observado que estas mismas mutaciones aumentan el riesgo de padecer melanoma, el cáncer de piel más violento y letal.

Vitamina D vs melanoma

"Si la selección natural está ayudando a esas mutaciones que iluminan la piel —explica López— será porque aportan alguna ventaja, y es posible que esta ventaja sea la de obtener una mayor síntesis de vitamina D". La vitamina D puede obtenerse a través de la dieta, pero también indirectamente a través de un proceso superficial en el que interviene la luz ultravioleta. Un pigmento de piel oscura (melanina) actúa como barrera evitando la entrada de rayos ultravioleta. En latitudes altas, como la intensidad de la luz ultravioleta es muy baja, esto puede convertirse en un problema, ya que no se sintetiza un nivel adecuado de vitamina D.

La vitamina D es fundamental para el desarrollo esquelético y la mineralización, y la falta de vitamina D puede causar problemas de salud en los niños. El melanoma, por su parte, es un cáncer que suele aparecer en la edad adulta tras la etapa reproductiva. Desde el punto de vista evolutivo, estos individuos adultos potencialmente cancerígenos, que ya han tenido descendencia, han dejado de ser importantes para la evolución.

 

NOTA: Noticia creada con material proporcionado por el servicio de comunicación de la UPV/EHU.