Para superar el fracaso escolar

Agirre, Jabier

Medikua eta OEEko kidea

Las cifras del fracaso escolar son cada año más terroríficas entre nosotros. Una reciente encuesta revela que los alumnos que no consiguen superar el cuarto año de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) son un 31,9%, una cifra realmente alta. ¿Qué podemos hacer ante una situación de este tipo? Y mejor aún, ¿hay algo que los padres podemos hacer para que no se den estas situaciones?

Buscar motivos

Lo primero que hay que hacer ante esta situación es detectar posibles causas o causas que pueden afectar al rendimiento de nuestro hijo o hija.

Ambiente familiar

El ambiente familiar es uno de los factores que más influye en el aprendizaje de los jóvenes. La actitud de los padres demasiado dura o rigurosa, los celos provocados por algún hermano menor, la falta de amor, la desconfianza en las propias capacidades y capacidades, etc. pueden ser las causas del fracaso escolar.

En la mayoría de los casos, aunque estos factores no hayan ocurrido realmente, si el niño cree en ellos, la influencia será veraz. Por eso, lo mejor en estos casos es hablar con nuestros hijos, poner toda la verdad sobre la mesa, sin ninguna amenaza ni castigo, para intentar solucionar esa situación tan perjudicial para él. En otros casos, sin embargo, es necesario contar con la colaboración de psicólogos o educadores especializados.

Falta de motivación

Sacar malas notas a nuestros hijos e hijas no significa que no tengan capacidad para aprender. Para ilustrar algunos ejemplos, Einstein fue calificado como deficiente mental en la escuela, y el gran escritor Goethe no superaba los mínimos en ortografía. Cuando el joven está desmotivado, lo normal es que no se le den niveles en los estudios.

Ante esta situación, debemos animar a trabajar un tema que realmente le interesa, aunque no esté entre los temas escolares. No importa, en principio, si la mitología es griega o si son los grupos musicales que más le gustan. Se trata de despertar el interés del joven y aprender a utilizar la metodología académica. De este modo, le resultará más fácil empezar a aprender cosas que no le resultan tan atractivas. No obstante, podemos solicitar la colaboración del tutor o profesor.

Problemas físicos o psicológicos

No son frecuentes pero no pueden ser descartados de antemano, ya que en ocasiones el bajo rendimiento escolar (aunque no llegue al fracaso) puede deberse a causas fisiológicas como problemas auditivos o visuales, de habla, de dislexia, etc. Normalmente son factores que afectan a niños y niñas de menor edad y que, una vez diagnosticados, son superados con trabajo especial o en salas de apoyo.

Cuando hay que repetir curso

Sin embargo, en algunos casos, cuando el fracaso escolar es muy evidente, habrá que plantearse la posibilidad de que los niños o jóvenes repitan el curso. El propio centro o el tutor nos dirán si es o no necesario tomar esta decisión.

No es castigo ni derrota

Repetir un curso no debería ser considerado como un castigo o un fracaso, sino como un intento de readaptación. Es un gran error cuando se ve claramente que el alumno no da el nivel, a cualquier precio, intentar superar el nivel. Sólo vamos a alargar la situación y empeorar el problema. Si no se toma la decisión adecuada, el fracaso será cada vez más evidente.

Más seguridad

Los primeros años de un niño son decisivos para el desarrollo intelectual.

Repetir un año no es una experiencia traumática. En la medida en que el niño tome seguridad en sus estudios y supere el fracaso escolar, será más fácil comprender y comprobar que la decisión tomada, la repetición, ha sido para bien.

Técnicas de aprendizaje

aprender también

“Lo intento, pero no me entra”, “no entiendo lo que el profesor explica” “no me acuerdo de lo que aprendí el día anterior”. Seguro que en más de una ocasión hemos escuchado estas y otras frases similares por boca de nuestros hijos. Y no son excusas.

A menudo, el fracaso escolar puede ser el resultado de no asimilar adecuadamente los conceptos, ya que aprender también se ‘aprende’. No todo el mundo sabe memorizar correctamente los conceptos, diferenciar las ideas principales y secundarias, resumir y organizar los temas, etc. Hay alumnos con destrezas propias para realizar todos estos trabajos, pero otros, y la mayoría de ellos, necesitarán ayuda para realizar estas tareas. Por ello, en algunos centros ya se ha comenzado a impartir esta formación. Si en tu caso no es así, no te preocupes porque el tutor o profesor de tu hijo o hija te puede ayudar.

¿Qué pueden hacer los padres?

El fracaso escolar no es algo que aparezca de la noche a la mañana. Y además, es posible anticiparse a este problema, tomando las medidas oportunas desde el principio.

Desde pequeño estima al niño Los primeros años de un niño son decisivos para el desarrollo intelectual. Es importante, por tanto, ofrecer estímulos adecuados, preguntando, apoyando la música, animando a dibujar, etc.

Da un buen ejemplo Qué ver el niño, aprenderlo. Por eso es importante que a ti también te interese la cultura: recomendando libros, acudiendo a salas de teatro o exposiciones…

Mostrar interés por los estudios. Pregunte qué libro está leyendo o ayúdale a colaborar con las tareas domésticas. Aunque no sea demasiado tiempo, te agradecerá que pases unos minutos con él.

No exigir demasiado Los padres siempre queremos lo mejor para nuestros hijos, pero ¡ojo! No te canses de actividades extraescolares, clases especiales, etc. Riesgo de resultados peores.

Nunca hagas comparaciones Cada niño tiene su talla, no su hermano.

Contactar con el profesor Hablar una y otra vez con él. Pedir consejo y acordar la mejor estrategia a seguir. La Unión da fuerza.

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