Camino a Martitz

Martitz, el planeta símbolo de la guerra, puede convertirse en una herramienta de colaboración entre el EEUU y la URSS. En abril los representantes de la EEUU y de la URSS han firmado un acuerdo de colaboración para la exploración de Martitz. Según el acuerdo firmado, los EEUU conocerán la información que obtendrá el satélite que la Unión Soviética debe enviar a Fobos, el satélite de Marte. Los países europeos ya están trabajando junto con los soviéticos en este proyecto.

Norteamericanos y soviéticos, por su parte, tienen planes desde hace tiempo. Los soviéticos, además de la sonda que deben enviar a Fobos el próximo año, tienen la firme intención de enviar dos sondas automáticas a Marte en la próxima década. Además, si se atienden los rumores, no sería extraño que antes de finales de siglo algún cosmonauta soviético pisara el suelo de Martitz.

En el proyecto que se describe en el diagrama adjunto, los soviéticos emitirían un muestreador estacionario que marcarían con sus lanzadores y combustible. El ANDÉN, por su parte, lanzaría un vehículo automático alrededor del muestreador soviético. El vehículo norteamericano recogería muestras y las transferiría al muestreador soviético. Cuando este último esté completamente lleno, dejaría Martitz y volvería a la Tierra. Las muestras recogidas se analizarían primero en el laboratorio espacial y posteriormente en los Vertederos de Tierras.

Por otro lado, las brújulas tienen la intención de colocar un robot itinerante en la superficie de Marte a finales de siglo. Este robot recogería muestras de diferentes lugares transferiéndolas a un orbitador que luego esperaría. Esta última devolvería las muestras a la Tierra.

La colaboración entre ambas superpotencias puede extenderse desde el proyecto de Fobos a otros proyectos para Marte. Entre los programas que se plantean para la colaboración destaca uno de ellos.

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