Los caracoles del género Balea perversa realizan largos viajes pegados a las piernas de las aves. Aunque estos caracoles se desarrollaron en Europa, han encontrado a sus familiares en otros lugares del mundo.
Balea pervers ha sido encontrada muy lejos de Europa. A distancia, en las islas Azores. En la isla de Tristán da Cunha, el género se ha dividido en ocho especies. Esto significa que el caracol llegó a la isla hace mucho tiempo, mucho antes de que el hombre llegara allí. La hipótesis del transporte de caracoles a bordo de los barcos se ha descartado, por lo que ha tomado fuerza la hipótesis de que los pájaros han hecho de vector. De hecho, los caracoles de la especie Balea perversa tienen una baba atípica y pegajosa que les permite pegarse a las piernas de las aves.
Esta nueva hipótesis explicaría además cómo los caracoles han viajado y viajado de Europa a Azores y, de nuevo, a Europa. Los investigadores han llegado a esta conclusión analizando el ADN de la mitocondria de los caracoles.
Estos caracoles viajeros realizan largas distancias sin duda, teniendo en cuenta que tienen una sola pierna. Algunas plantas, para recorrer largas distancias, utilizan corrientes de agua, viento u otros animales, algo menos habitual en el reino animal.