Bioética en la investigación de medicamentos e intereses de las industrias farmacéuticas

Calvo Hernáez, Begoña

Farmazian eta Farmazia Teknologian katedraduna

Farmazia Faktultatea. EHU

Sánchez Vitores, Cristina

Farmazia eta Farmazia Teknologiako Laborategia

Farmazia Fakultatea. EHU

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Ed. © Jinama de Verano 123 RF

El impacto de la industria farmacéutica en el gasto sanitario es cada vez mayor. El Ministerio de Sanidad ha acusado recientemente a la industria farmacéutica de aplicar un sobreprecio a los nuevos tratamientos. Por ejemplo, el director de la Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios indica que algunos nuevos medicamentos aprobados en Europa para el tratamiento del cáncer se comercializan a un "precio muy alto", teniendo en cuenta que en algunos casos ofrecen "mejoras casi inapreciables" respecto a los tratamientos anteriores.

No es necesario ser un experto en la materia para darse cuenta de que la investigación y el desarrollo de medicamentos están sujetos a unas tensiones impuestas por la industria. Las tensiones generan dilemas éticos de gran importancia que no sólo afectan a la economía del sistema, sino que, desgraciadamente, también afectan a los pacientes.

Si estos dilemas nos parecen preocupantes para nuestra sociedad, deberíamos analizar cuál es la situación en los países empobrecidos, donde en muchos casos el aumento del precio de los medicamentos implica que éstos sean inaccesibles para la mayoría de los ciudadanos de esos países.

Industria farmacéutica: beneficios e inversiones

La industria farmacéutica es uno de los sectores más rentables del mundo y lo ha conseguido, sobre todo, limitando sus intereses. Es decir, ha impulsado la investigación de las enfermedades de los países desarrollados, dejando de lado las enfermedades de los pueblos no rentables, mejor dicho, las enfermedades de los pueblos en desarrollo.

La industria farmacéutica no sólo resuelve problemas de carácter sanitario, sino que uno de sus intereses más notables es la búsqueda de soluciones para problemas “rentables”. Surge así un dilema ético. La industria tiene que conseguir mejoras en la salud, pero para obtener beneficios tiene que invertir en zonas rentables, lo que en muchos casos supone huir de territorios más pobres. La industria farmacéutica, como cualquier empresa, es una organización con ánimo de lucro que tiene como objetivo el ámbito de la salud. En concreto, se trata de empresas dedicadas a la investigación, desarrollo, producción y comercialización de productos terapéuticos y de diagnóstico. Por supuesto, las inversiones que realiza la industria farmacéutica deben generar beneficios que permitan avanzar en la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos. Esta es una de las razones por las que, desgraciadamente, todavía existen las llamadas enfermedades olvidadas. Son enfermedades que van desde Malaria hasta la úlcera de Buruli y provocan cada día más de 35.000 muertes. Este tipo de enfermedades se producen principalmente en países poco desarrollados, sin tratamiento o con tratamientos inadecuados por toxicidad, problemas administrativos o resistencias.

En general, la industria farmacéutica no puede investigar en enfermedades sin recuperar gran parte de la inversión. Pero, ¿cuánto invierte la industria farmacéutica en la investigación de nuevos medicamentos? Normalmente, la industria dedica un 15-19% de sus beneficios a la investigación, mientras que la mayor inversión la realiza en marketing de productos. Prueba de ello son los datos obtenidos de las ventas de las 10 grandes empresas farmacéuticas multinacionales. En los últimos años, los beneficios logrados con las ventas (17%) fueron superiores a la cantidad utilizada en investigación y desarrollo (14%), mientras que los costes de comercialización y marketing fueron muy superiores (hasta un 35%). De estos datos se concluye que los costes de investigación y desarrollo son sólo una pequeña parte de los presupuestos de las empresas farmacéuticas frente a los utilizados en la comercialización y administración. Por tanto, justificar el alto precio de los medicamentos con la necesidad de recuperar dinero para invertir en investigación es sólo una excusa.

Sectores de interés para la industria farmacéutica

La industria farmacéutica es uno de los sectores más rentables. Ed. © Racorn/350RF

La publicidad de nuevos medicamentos es un factor clave para el éxito. Uno de los objetivos de la industria es acortar el tiempo de introducción de las innovaciones farmacológicas en la medicina general. El dilema ético que se plantea ante esta situación, sin embargo, no es el resultado de una mayor o menor generación de riqueza, sino que los principales factores del dilema son cómo se consigue, qué recursos se utilizan y cómo se distribuyen o se utilizan los beneficios obtenidos. Las estrategias que utiliza la industria farmacéutica para hacer frente a la competencia existente en el mercado farmacéutico se incluirían en ella. En muchos casos, las empresas farmacéuticas protegen sus marcas y olvidan que su interés principal debería ser la salud. A esto hay que añadir que en los últimos años los gastos de marketing e investigación han crecido sin aumentar el número de nuevos medicamentos. Esto agrava la competencia entre las industrias del sector, por lo que se está empezando a superar en algunas circunstancias la línea que separa legal y no legal, incluso ética y no ética.

Recursos publicitarios

La publicidad es el medio más utilizado por los laboratorios farmacéuticos para aumentar sus beneficios y aumentar su nombre. La promoción de productos busca principalmente incrementar las ventas a corto plazo. Las empresas farmacéuticas se dirigen cada vez más al marketing farmacéutico y utilizan cada vez más recursos para ello, ya que la industria farmacéutica puede invertir más de un tercio de sus beneficios en la promoción de sus productos.

Para mantener bajo control la publicidad de productos farmacéuticos por toda Europa se estableció el Código de Buenas Prácticas para la Promoción de Medicamentos. En ella se recogen las normas de promoción, así como todas las actividades de información y comercio que realiza la compañía farmacéutica, con el fin de potenciar la prescripción médica, la dispensación de medicamentos, la venta y el consumo de medicamentos. La Federación Europea de Asociaciones e Industrias Farmacéuticas (EFPIA) aprobó este código para asegurar que la información que proporcionaba la industria sobre los medicamentos fuera correcta, precisa y objetiva y poder tomar decisiones razonables en cuanto a su uso.

La industria farmacéutica utiliza diferentes medios para la promoción, entre los que destacan los anuncios en publicaciones médicas, publicidad postal, visita médica tradicional, reuniones sobre información científica de nuevos medicamentos (congresos) y promoción de reuniones científicas. En ocasiones se utilizan prácticas antiéticas. Por ejemplo, el pago directo a profesionales sanitarios por cada medicamento prescrito, campañas publicitarias de determinadas enfermedades y prácticas comerciales ilegales para hacer frente a la competencia entre empresas.

Una vez conocida esta realidad, es justo pensar que la información que proporcionan los laboratorios farmacéuticos influye notablemente en las percepciones y opiniones de los médicos a la hora de prescribir. Si no fuera así, las compañías farmacéuticas no invertirían tanto recursos en estas prácticas.

Estrategias para incrementar las ventas

En algunos casos se ha denunciado que la industria farmacéutica ha tratado de 'producir' alguna enfermedad para mejorar el mercado, es decir, que ha 'medicalizado' los procesos normales de la vida y se ha convertido en un problema médico. Un caso de nuevas patologías impulsadas desde la industria fue la "disfunción sexual femenina". Diversas compañías farmacéuticas organizaron una reunión de especialistas financiados para dar a conocer esta 'patología'. Esta manipulación de criterios médicos, acorde con intereses comerciales, fue denunciada en la revista British Medical Journal. En muchos casos se trata de seducir a la gente para que acuda al médico cuando tiene síntomas pequeños o no reconocidos. Es decir, la producción de medicamentos para personas sanas y, por tanto, la venta de los mismos en todo el mundo es la forma de actuar de estas empresas. En otros casos, la invención o promoción de enfermedades no ha sido el único objetivo; por ejemplo, se han atrevido a rebajar los límites del colesterol o de la tensión arterial para que más personas se consideren enfermas.

El coste de investigación y desarrollo es sólo una pequeña parte del presupuesto de las empresas farmacéuticas. Ed. © Olga Miltsova/350RF

Otro ejemplo de las estrategias que utilizan las empresas farmacéuticas es la comercialización de nuevos productos, aunque en realidad no existen ventajas terapéuticas en comparación con medicamentos antiguos. Conocidos como me-too drugs ('fármacos de imitación'), el 77% de los nuevos medicamentos que se comercializaban en Estados Unidos a principios de este siglo eran medicamentos me-too. Se denomina me-too drug a la modificación de la parte más pequeña de una molécula de un medicamento existente para su comercialización como nuevo medicamento. Los laboratorios utilizan la estrategia de comercialización de medicamentos me-too para alargar la patente de un medicamento en peligro de extinción. De esta forma consiguen retrasar el vencimiento de la patente del medicamento y evitar la comercialización de la versión genérica, consiguiendo así un mayor beneficio. De hecho, muchos nuevos medicamentos son sólo medicamentos de siempre, pero, como la legislación actual permite, consiguen comercializar a pesar de no tener diferencias con los existentes en el mercado. Ejemplos de medicamentos me-too pueden encontrarse en muchos grupos terapéuticos, como agentes de reducción del colesterol, antidepresivos o anti tensión alta.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la industria farmacéutica desempeña un papel fundamental en la promoción de la salud y, además, es lógico pensar en sacar provecho a quien ha invertido en investigación, al igual que el resto de empresas. De no disponer de unos ingresos mínimos, quedaría la expansión y no se obtendría el beneficio necesario para realizar nuevas investigaciones y desarrollar nuevos medicamentos.

Valoración de buenas prácticas

Todas las empresas deben actuar de forma ética teniendo en cuenta las consecuencias de sus comportamientos. Se valora cada vez más el esfuerzo de las compañías farmacéuticas por facilitar el criterio de los medicamentos esenciales en todo el mundo, así como el esfuerzo realizado por estas empresas en la investigación de tratamientos de enfermedades olvidadas.

Así, la Fundación Access to Medicine ha elaborado un listado con los laboratorios farmacéuticos que han comenzado a colaborar en estas situaciones. El objetivo de esta idea es llamar la atención del resto de empresas para que participen en la iniciativa. Por otra parte, la Fundación se encarga de informar a los gobiernos, investigadores y organizaciones no gubernamentales sobre las industrias farmacéuticas, para facilitar la búsqueda de socios adecuados y, en la misma línea, para extender la posibilidad de medicamentos a todo el mundo.

El derecho a los medicamentos esenciales es un problema que nos confunde a todos, por lo que es importante la colaboración interinstitucional. Aunque los laboratorios farmacéuticos son los principales agentes en esta materia, no son los únicos responsables.

Bibliografía

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