¿Hay algún ave más popular en Euskal Herria que el txantxangorri?
En la literatura oral y escrita ha aparecido con frecuencia algún aspecto de este precioso pájaro, y así lo dice una conocida leyenda: Jesucristo se le acercó un petirrojo en la cruz y le quitaron las espinas que tenía en la cabeza. Pero en ese momento una gota de sangre cayó en el pecho y se quedó tan roja para siempre como el sol de los amaneceres más bonitos.
En otras leyendas, el txantxangorri aparece como un animal adorable que no tiene miedo al ser humano. ¡No es de extrañar! Gracias a su colorido y caradura, ha conseguido ser una de las aves más conocidas. Pero es que el pájaro, aparentemente tan débil y dulce, tiene un carácter agresivo y sangriento a la hora de cuidar el territorio, y se ocupa durante mucho tiempo de esta tarea.
El petirrojo (Erithacus rubecula) es un paseriforme de 14 cm de longitud y peso entre 16 y 22 g. Los adultos de ambos sexos están vestidos de una llamativa frente y pecho rojizo, dorso pardo-verde y vientre blanco. Patas finas y largas, pico delgado y grandes ojos negros forman la imagen del animal alegre y dulce.
La gente que sabe poco de ornitología también conoce perfectamente nuestro pájaro. Y es que es normal, teniendo en cuenta su belleza y variedad. Además, desde la orilla del mar, puede aparecer hasta el límite del bosque de altitudes, y habita en todos los bosques, jardines, vallas de huertas y, en general, arboledas con abundante matorral.
En estos lugares se alimenta de pequeños insectos, arañas, gusanos, roedores y otros invertebrados que busca en el suelo y/o matorral. Sin embargo, cuando en invierno es más difícil encontrar insectos, debe complementar su dieta con frutos y semillas, acercándose a los parques, jardines y áreas de los pueblos.
Como se ha mencionado al principio, el petirrojo es muy exigente en preservar los límites de su territorio y lucha por enviar a todas las personas que se acerquen a él. Además, tanto los machos como las hembras mantienen este comportamiento durante todo el año, incluido el invierno, cuando dos individuos se reproducen en el mismo territorio y sólo se juntan a la hora de sacar los pollos adelante. Para reivindicar la propiedad del territorio, subido al matorral que explota habitualmente, a árboles o lugares tan llamativos como el nuestro, canta un canto elegante y hermoso lleno de txorrotxos y firurika.
La distribución geográfica de la especie es muy extendida en Europa y sólo falta en el norte de Escandinavia. Antes de que se acerque el invierno, a finales de agosto, los txantxangorriak del norte de Europa comienzan a migrar para pasar el invierno en la zona mediterránea. En el centro de Europa, mientras unos migran hacia el sur y otros invernan allí, las poblaciones de la península Ibérica no muestran tendencia a migrar en invierno.
En la parte húmeda del País Vasco, en los bosques y matorrales es un nidificante muy común, pero en dirección sur sólo aparece en los bosques de los ríos y montes. En la Ribera de Navarra, por último, no lo encontramos, ni en las choperas que rodean a los pinares ni al río, aunque son muchas las que se concentran en invernada.
El nido, situado cerca del suelo, se encuentra en un ramaje o agujero bien disimulado por las hojas, y para su construcción utiliza hojas, hierbas, musgos y pelos, para que los pollos crezcan con suavidad. En ella, la hembra colocará entre 4 y 6 huevos salpicados de rojo de 20 mm. Entre 12 y 15 días se realiza la eclosión y la pareja tendrá que trabajar mucho en la búsqueda de comida para que los chitos estén dispuestos a abandonar el nido entre 13 y 14 días después.
Se estima que de los 10 huevos que se colocan habrá un solo ejemplar que llegue a la época reproductora y que tiene una tasa de mortalidad del 50% anual y una vida media de 1,5 años, por lo que el petirrojo tiene que hacer un gran esfuerzo en la reproducción, sacando al mismo año 2 y a veces 3 pollos.
Como ya se ha mencionado, los txantxangorrikumes no presentan coloraciones rojas llamativas y tienen una indumentaria críptica hasta que se les cambia el plumaje. Esto, además de protegerse de los depredadores en esos primeros días duros de la vida, les permitirá no expulsar de su territorio a los txantxangorri adultos. Pero cuando a finales de verano cambian de plumaje, cada uno tratará de conquistar su territorio, creando inminentes discusiones y enfrentamientos con todas las personas de la zona.
Sin embargo, estas vicisitudes que se producen en defensa del territorio pueden verse en otras muchas especies, y el tiempo y la energía que gastan en estas tareas, sin duda, se compensarán con la comida que aseguran.
FICHA TÉCNICA Petirrojo Especie: Erithacus rubeculaFamilia: muszikapOrden: paseriformasClase: aves |