Fallos tecnológicos y accidentes

El año pasado se han producido numerosos y nocivos accidentes en alta tecnología. Los soviéticos tuvieron Chernobil. Para saber hasta qué punto los efectos negativos de estos accidentes han llegado, el tiempo debe ser largo.

El año pasado se han producido numerosos y nocivos accidentes en alta tecnología. Al principio, los norteamericanos perdieron el lanzador "Challenger"; luego, dos cohetes de los que se utilizan para propulsar satélites, los llamados Titan y Delta, explotaron. Los soviéticos tuvieron Chernobil.

Para saber hasta qué punto los efectos negativos de estos accidentes han llegado, el tiempo debe ser largo. De momento, ahí están los siete meses, los costes económicos de la pérdida de lanzador, la paralización del proyecto espacial (hay que tener en cuenta la guerra de las galaxias), la descalificación de algunos dirigentes del andén, etc.

Por otro lado, el grave accidente de la central nuclear de Chernobil ha puesto nuevamente en cuestión el pacífico uso de la energía nuclear. En este caso, a pesar de no ser exhaustivo, han sido muchos los muertos y heridos, los daños económicos han sido muy importantes y, quizás por primera vez, las consecuencias del accidente ocurrido dentro de un estado se han notado en la mayoría de los estados europeos.

Y para completar este oscuro panorama tendremos que decir que a los europeos se les ha caído el lanzador "Ariane". Debido a este accidente, las deficiencias del proyecto espacial Ariane han aumentado hasta un 20%.

Sin embargo, a pesar de que todos estos casos son muy destacables, porque tuvimos la oportunidad de ver en directo el accidente de "Challenger" a través de la televisión, hay que pensar que desde el comienzo de la revolución industrial ha habido muchos accidentes.

Si hacemos una lista de accidentes, nos daremos cuenta de que el origen de casi todos ellos puede dividirse en tres tipos:


    diseño
    fabricación

1.- Diseño

En el primer grupo se investigan los errores debidos a un mal diseño del aparato. A veces los datos se calculan por error o sencillez, y otras por no tener en cuenta todas las posibilidades.

De los graves accidentes provocados por el diseño tenemos muchos ejemplos, más que en el siglo pasado. Por ejemplo, con la creación del ferrocarril, se producían casos de accidentes y muertes de personas, especialmente por la rotura de los ejes y ruedas del tren. En la sexta década del siglo pasado murieron en Gran Bretaña alrededor de 200 personas cada año "gracias al tren". En la mayoría de los casos el problema fue la "fatiga de materiales", fenómeno desconocido que aparecía en piezas dinámicas. Los técnicos calculaban las ruedas y los ejes como si fueran piezas estáticas, independientemente de que aparecieran cargas intermitentes reduciendo la resistencia mecánica del material por el movimiento del tren. En consecuencia, estas piezas se rompían y en varias ocasiones el tren salía de la vía.

Otro ejemplo más cercano y con consecuencias nefastas, especialmente por el número de muertos y la pérdida de mercado, es el avión británico "Comet". Después de 300 horas de pruebas en el aire, en mayo de 1952, por primera vez, el avión comercial de reacción (hasta entonces todos eran militares) empezó a ser utilizado por los ingleses. En 1954 un "comet" cayó al mar Mediterráneo, a pesar de que cuatro días antes había superado sin problemas los controles técnicos. Debido a otros accidentes, los responsables decidieron retirar todos los aviones "Comet" que se estaban utilizando en el mundo y nombraron una comisión de investigación.

En el estudio se detectó el siguiente error de diseño: cuando el avión estaba en el aire aparecía una concentración muy elevada de las tensiones mecánicas en las proximidades de las ventanas, por lo que ocasionalmente algunas ventanas se rompían en vuelo. Tras finalizar la investigación, el modelo "Comet" se retiró y la buena reputación aeronáutica británica quedó bastante enterrada. Gracias a ello, Estados Unidos no encontró ninguna competencia para vender sus aviones por Europa.

Para finalizar, mencionaremos lo sucedido con los barcos "Liberty" durante la Segunda Guerra Mundial. Los norteamericanos debían incrementar la capacidad productiva de los barcos de transporte para enviar armas a los aliados europeos. En aquella época el elemento principal era el remache de unión de planchas metálicas en la construcción de barcos, pero con este procedimiento transcurría mucho tiempo hasta la botadura del buque. Por ello, los técnicos consideraron necesario sustituir el sistema de remache por otro nuevo.

Este sistema fue la soldadura, pero tras este cambio se produjeron efectos nocivos e incomprensibles. De los 2500 barcos construidos "Liberty", 145 se rompieron en dos partes (la mayoría al botar) y otros 700 fueron averiados graves. En este caso, los técnicos no tuvieron en cuenta otros factores mediante soldadura sin modificar el diseño. Por ejemplo, la primera, que las soldaduras tengan la capacidad de hacer más frágil el material y la segunda, que a lo largo del procedimiento se produzcan huecos o defectos en las piezas.

Con la investigación de estos accidentes y similares se ha desarrollado una nueva rama en el campo de la mecánica. Este apartado se llama mecánica de fractura y actualmente no es posible construir estructuras metálicas grandes (barcos, puentes, aviones, etc.) sin tener en cuenta las bases de la mecánica de fractura en los cálculos de diseño.

2.- Fabricación

En cuanto a la fabricación, tenemos en cuenta los defectos en la fabricación de las piezas y la falta de calidad del material empleado. Para eliminar este tipo de accidentes, los talleres cuentan con departamentos de control de calidad. A la hora de analizar cualquier material que se compra para la fabricación de las piezas, el taller comprueba si el material que le ha enviado el proveedor cumple unos requisitos concretos. Por otro lado, a la hora de controlar los productos que salen al final de la planta, el vendedor analiza si estos tienen una calidad mínima o no. Si no cumplen los mínimos fijados por él, se rechazan las piezas.

Sin embargo, a pesar de superar tantos controles, los accidentes y las pérdidas económicas son frecuentes. Por un lado, porque es muy difícil controlar todo, y por otro, porque las presiones económicas de la realidad son elevadas, muchas veces se hace cualquier cosa de piezas mal hechas por vender.

Para defender los derechos del comprador existen garantías de compra. Si hay defectos de fabricación en un producto, éstos aparecerán en los primeros momentos de su utilización. Por ello, a través de la veracidad se pueden corregir errores que no se han encontrado en el control de calidad del taller. En otros casos, cuando la obligación social del producto es importante, las consecuencias del mal funcionamiento son inaceptables, puesto que la vida de las personas está en peligro. El caso de una caldera de vapor en Bizkaia en la pasada década es un ejemplo de estos inicios.

3.- Utilización

Tenemos defectos debidos al mal uso de los productos. Aunque las piezas estén bien diseñadas y fabricadas, no se deben superar los límites de seguridad en su posterior utilización.

Hace unos años, el caso de "Los Alfaques" en España es un ejemplo de ello. En aquel lugar el camión cisterna explota con más de 200 muertos. Tras la investigación se comentó públicamente que el camión estaba sobrecargado.

Otro ejemplo lo tenemos en nuestras ciudades. Muchas veces, cuando una celebración ocurre en las calles durante las fiestas patronales, la gente hace cualquier cosa por encontrar sitio, por ejemplo subir a las cubiertas de las paradas del autobús. Si tenemos en cuenta que estos refugios no están diseñados para soportar tanta carga, es normal que ocasionalmente se produzca un accidente.

En este artículo hemos dividido todos los accidentes en tres grupos, pero en nuestra realidad diaria las cosas son mucho más complicadas y a veces el accidente no es solo por una cosa, sino por una cadena de errores.

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