Si ves el instrumento de la imagen en los bosques y montañas del norte pronto, no pienses que es un nuevo modelo de molino de viento o una antena. Se trata de una estación meteorológica automática y en breve se instalarán 2.500 de este tipo en toda Francia.
Hasta ahora las estaciones meteorológicas se ubicaban en escuelas, casas de gendarmería, conventos y algunos caseríos. Cada día, a determinadas horas, el maestro, el gendarme, los frailes o los baserritarras tenían que acudir, recoger datos y enviarlos a las principales estaciones meteorológicas. Muchas veces se producían errores: el que tenía que ir a recoger los datos fallaba, recogía los datos mal o se producía algún error en la transmisión de los datos.
Las nuevas estaciones se enfrentarán a este tipo de problemas.
Estas estaciones disponen de un pequeño ordenador en cuya memoria se almacenan los datos. Además, están conectados a la red telefónica y cuando se quiere que se conozcan los datos, simplemente hay que marcar el número de teléfono de cada estación a través de la Minitela. La estación te dará todos los datos. De esta forma, todos los datos se recogerán en los ordenadores de las principales estaciones meteorológicas.