Torsión de ondas y banda ancha

Roa Zubia, Guillermo

Elhuyar Zientzia

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La torsión de ondas de radiofrecuencia permite aumentar el ancho de banda en las telecomunicaciones. Su dificultad radica en la emisión y recepción de las ondas, ya que éstas deben girar a medida que se emiten, y su detección requiere de un sistema de antenas. Algunos físicos suecos e italianos han conseguido este efecto entre dos puntos distantes siete metros.

Esta investigación tiene algunos antecedentes. Por un lado, los físicos han utilizado la luz retorcida en la nanotecnología hace 20 años; los objetos diminutos se manipulan con esa luz. Por otro lado, los propios físicos de este estudio han conseguido detectar las radiofrecuencias rotas. Son astrónomos del Instituto de Física del Espacio de Uppsala y de la Universidad de Padua, y el año pasado publicaron un método para detectar el giro que provocan los agujeros negros en las ondas de radio. Al pasar la radiación producida por las estrellas lejanas junto a un agujero negro se torce, y detectar esta deformación de forma precisa aporta mucha información sobre el agujero negro.

En la investigación actual, el equipo ha propuesto aprovechar este giro en el ámbito de las telecomunicaciones, que puede incluir información adicional en la emisión, es decir, nuevos canales o mayor ancho de banda. Se calcula que la información codificada en estas ondas puede multiplicarse por nueve. Sin embargo, los propios investigadores afirman que será menos, en condiciones reales, porque las turbulencias atmosféricas también influyen en la fase y amplitud de las ondas de radio. Además, existen dificultades prácticas para adaptar los actuales sistemas de antena y dispositivos electrónicos a ondas torsionadas. No obstante, el grupo considera que los teléfonos móviles, por ejemplo, podrán utilizar esta tecnología en un plazo de cinco años.

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