El árbol de la evolución es la mejor manera de situar y representar las especies en la evolución. Pero todavía se está construyendo ese árbol. Por ejemplo, no está claro cuándo se separaron las ramas del chimpancé y del hombre. Lo más extendido es que hace cinco o siete millones de años se repartieron, pero, según un estudio publicado, fue mucho más tarde, hace unos cuatro millones de años.
La investigación se ha centrado en el material genético, comparando determinadas zonas de los genomas del hombre, el chimpancé, el goril y el orangután. Para ello han utilizado el modelo oculto de Markov y han calculado cuándo se repartieron las ramas de estas cuatro especies.
Las opiniones contrarias al resultado de la investigación han aparecido rápidamente. Uno de los argumentos es que hay fósiles de la rama humana de hace cuatro millones de años (el Australopithecus anamensis de Kenia). Sin embargo, los autores afirman que el chimpancé y el hombre se cruzaron después de su separación.