No todas las gotas que caen al agua emiten el mismo ruido. El sonido varía según la velocidad de la gota y el ángulo de caída. Pero ambos no son los únicos factores que intervienen. La composición de la gota también influye; las gotas con sustancias hidrófobas en el exterior producen sonidos mucho más sonoros que las que contienen sustancias hidrófilas. Los físicos de la Universidad de Lyon en Francia han encontrado por qué: si hay sustancias que ahuyentan el agua, las moléculas de agua de la zona no se unen con la gota, y a medida que la gota se sumerge se forma una burbuja de aire. Cuanto mayor es la burbuja, más ruido produce.