Un experimento para aliviar el dolor revela la diferencia entre hembras y machos

Galarraga Aiestaran, Ana

Elhuyar Zientzia

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Han demostrado que el mecanismo del dolor es diferente en las águilas y hembras. Ed. Aidan Jones/ CC-BY-SA

Las células que intervienen en el mecanismo del dolor crónico son diferentes en los ratones masculinos y femeninos. De hecho, en un experimento realizado en colaboración por investigadores de Canadá y Estados Unidos, se ha confirmado la participación en la transmisión del dolor de células especializadas del sistema inmunológico, la microglía, en los ratones machos, pero también han demostrado que en las hembras son responsables otras células. Según los investigadores, esto puede explicar por qué el bloqueo de la microglia elimina el dolor en los ratones y no en las hembras.

El estudio ha sido publicado en la revista Nature Neuroscience. En el experimento con los ratones, los investigadores les causaron dolor crónico e inflamación, afectando dos de los tres nervios ciáticos de las patas traseras. Siete días después se les administró un medicamento que bloquea la microglia y se dieron cuenta de que a pesar de aliviar el dolor a los machos, a las hembras no les ocurría lo mismo.

Esperaban la respuesta de los presentes. De hecho, ya sabían que la microscopía expresa una proteína denominada BDNF, que transmite la señal del dolor en las células de la médula espinal. Sin embargo, la ineficacia del tratamiento en las hembras les enseñó que en ellas el dolor se transmite de otra manera. Parece ser que la clave está en el efecto de la testosterona sobre el sistema inmunológico.

El siguiente paso ha sido investigar a las hembras. Aún no han conseguido aclarar el mecanismo, pero han adelantado que en las hembras parece que las células T son las que intervienen en la transmisión del dolor.

Según los investigadores, el experimento revela la necesidad de utilizar células de animales hembras y hembras. Se recuerda que el año pasado el Instituto de Salud de Estados Unidos (NIH) modificó las instrucciones para considerar a ambos sexos en los experimentos, pero muchos sólo utilizan machos, con la excusa de evitar las vicisitudes del ciclo menstrual. Sin embargo, es imposible saber qué pasa en las hembras. Los investigadores han mostrado la esperanza de que la investigación que han hecho ahora sirva para advertirlo.

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