Según un experimento realizado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EEUU), la bacteria Escherichia coli y la levadura Saccharomyces cerevisiae son capaces de vivir en una atmósfera de sólo hidrógeno. La atmósfera de nuestro planeta está compuesta sobre todo por nitrógeno, oxígeno y argones, que no esperaban que vivieran con sólo hidrógeno. Los investigadores señalan que han crecido entre 2 y 2,5 veces más lentamente que en la atmósfera terrestre, pero, a la vista de los resultados, creen que la vida podría surgir en un entorno exoplanetario mucho más amplio de lo que se pensaba.
Según los investigadores del MIT es posible que grandes exoplanetas rocosos acumulen más hidrógeno que la Tierra en su atmósfera. Además, estos planetas son los más fáciles de detectar ya que la baja densidad de H2 hace que la atmósfera del planeta se expanda. Por lo tanto, piden que cuando los telescopios de nueva generación ya están en marcha, también habría que incluirlos en la posible lista de planetas buscando la vida.
Además, han destacado la rica maquinaria metabólica de la bacteria E. coli, que ha detectado la posibilidad de producir numerosos tipos de gases, como óxido nitroso, amoniaco, metanol, dimetilsulfato e isopreno, entre otros. Señalan que todos estos gases deberían ser considerados como una huella de vida microbiana. El estudio ha sido publicado en la revista Nature Astronomy.