Los huesos de la ballena como camino

Investigadores japoneses descubren cómo se transmite vida a grandes profundidades en el fondo del mar.

Investigadores japoneses han descubierto cómo se transmite la vida de una a otra en fuentes hidrotermales situadas en el fondo del mar a grandes profundidades. Alrededor de estas chimeneas, que expulsan agua caliente y sulfuros de metales, viven abundantes comunidades animales.

Estos pequeños ecosistemas o oasis se caracterizan por no aprovechar la energía del Sol. De hecho, sus gusanos gigantes, moluscos y crustáceos se alimentan de su flora bacteriana. Estas bacterias quimiotrofos utilizan la energía liberada en la degradación del hidrógeno sulfurado para sintetizar moléculas orgánicas.

Pero, ¿cómo colonizan los alrededores de estas fuentes situadas a cientos de kilómetros entre sí en la arena? viajarían en los huesos de las ballenas y demás cetáceos situados en el fondo del mar. Para comprobar esta hipótesis se han colocado huesos de vaca en la arena. Estos huesos han alimentado primero las bacterias aerobias de los sedimentos.

Después han venido otras bacterias acuáticas que producen hidrógeno sulfurado en el metabolismo. De esta forma se ha ofrecido a las bacterias de los ecosistemas o oasis la energía necesaria y dentro de un año los huesos de vaca estaban colonizados por bacterias quimiotrofas y cangrejos procedentes de fuentes hidrotermales.

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